lunes, 23 de mayo de 2005

El puente sobre el rio...Tajo


Puente de Alcántara (Cáceres)

En el último cuarto del siglo I d.C. tiene lugar en la península ibérica un fenómeno político y social de capital importancia: una abundante promoción de ciudades a la categoría jurídica de municipio y la consiguiente extensión del Derecho latino a sus habitantes. Las consecuencias de esto último fueron importantes; Por un lado, miles de pobladores de esos pequeños núcleos urbanos se beneficiaron de esta suerte de “gigantesco proceso regularizador” y consiguieron esa ciudadanía romana de segunda clase que caracterizaba a los poseedores del Ius latinii. Además, como consecuencia de ese impulso municipal, se desarrolló una acusada actividad constructiva, sobre todo en el campo de las obras públicas.

Y es que, seguro que los romanos debieron de fundar el primer Ministerio de Fomento; Levantaban prodigiosas construcciones militares, trazaban carreteras por parajes imposibles, desafiaban las leyes físicas con teatros y coliseos pero, su especialidad, al igual que la de los funcionarios, eran los puentes…. Bueno, ya en serio, hay no menos de 20 o 25 construcciones de este tipo en nuestro país, que datan de la época antes mencionada y que siguen ahí, desafiando el paso del tiempo con mejor o peor suerte. De entre todos ellos sobresale el Puente de Alcántara como una obra singular desde muchos puntos de vista; quizá lo de menos sea la monumentalidad del puente, su arco de gran altura, o lo adecuado de las proporciones de sus seis pilares, forzada por las características de un río como el Tajo, de cuyas imponentes y frecuentes crecidas nos hemos olvidado a causa de la regularización artificial de su caudal en el último siglo. No; lo que hace de este puente una obra excepcional, es que nos habilita para dar una clase de arqueología con solo aparcar el coche a su entrada y sin necesidad de mancharnos las manos, ni tener que coger el pico ni la pala.

¿Qué por qué? Pues por la presencia en sus piedras y dovelas de varios epígrafes escritos a golpe de cincel donde se nos dice, desde quienes sufragaron los gastos de la construcción del puente, o quien es el arquitecto de la construcción, así como sus intenciones en cuanto a su utilización para el culto imperial. ¡Vamos a ello!

IMP NERVAE TRAIANO CAESARI AUGUSTO GERMANICO DACICO SACRUM...

“Siendo emperador Trajano Cesar Augusto, vencedor de los germanos y de los Dacios y pontífice…”

La primera es fácil. "IMP" es la abreviatura de "emperador", utilizada al más puro estilo Urdaci. Lo demás, el nombre de Trajano, junto con sus títulos honoríficos de carácter político, militar y religioso. Gracias a esta inscripción ya sabemos que el puente data de los tiempos del divino Trajano.

TEMPLUM IN RUPE TAGI SUPERIS…

Templo por encima de los rocas del Tajo…”

Esta segunda inscripción introduce una novedad: la presencia de un Templo. Si nos fijamos, antes de iniciar la travesia del puente, al lado de donde hemos dejado el coche, hay una pequeña caseta de piedras nada impresionante. Pues bien, se trata nada más y nada menos que de un pequeño templo en honor de Trajano que, como dice la primera inscripción, era Pontífice Máximo, salvando las distancias, algo parecido a un sumo sacerdote. En el dintel de la entrada del pequeño templo hay otra inscripción; seguimos pues...

G. I. LACER P(ecunia) S(ua) F(ecit) ET DEDICAVIT, AMICO CURIO LACONE IGAEDITANO

“Caius Iulius Lacer lo hizó y consagró de su dinero, amigo de Curio Lacon Gaietano"

Aquí hay que hilar fino pues el latín clásico permite masivamente el uso, no ya de abreviaturas, sino de iniciales, y las letras entre paréntesis hay que incluirlas “a mano”. El verbo "facere" significa "hacer" pero de un modo personal. Quiere decir que, si se ha utilizado aquí, es porque Caius Lacer no sólo apoyó su construcción financiando la obra sino que la realizó personalmente; es decir, era el arquitecto.

TRAIANO TRIB. POTES. VIII IMP. V P.P

"Trajano, con la VIII potestad tribunicia, Imperator por V vez, y padre de la patria"


Bueno, ahora se nos informa, de una manera mucho más clara, sobre la fecha exacta en la que se construyó el puente. En aquellos días, Trajano obstentaba la potestad tribunicia por octava vez y el imperium inerente a su cargo de emperador, por quinta ocasión. Lo primero ocurrió entre el 105 y el 106 d.C. y lo segundo hay que fecharlo entre el 103 y el 104 d.C. con lo que las fechas no cuadran. La solución quizás esté en los pequeños desperfectos que salpican la segunda de las inscripciones y que quizás hagan posible la pérdida de los dos palitos del V. Damos por buena entonces, la fecha del 106 D.C.

Estamos ante la conjunción de tres obras – puente, arco y templo – concebidas por la misma persona aunque, a tenor de las lápidas, costeadas de forma diferente: el puente y el arco fueron costeados por varias comunidades de la provincia lusitana, posiblemente para favorecer el comercio, y el templo, por el propio arquitecto. ¡Ah! y si lo visitaís, cuidado; el águila que corona el arco sobre el puente no es romana. Carlos V pasó por ahí hace 500 años e hizó su pequeña contribución al diseño...

2 comentarios:

Turulato dijo...

¿Se conoce sí el puente tenía alguna denominación romana?.
"Al-Kantara", en árabe, es "El puente", por lo que "puente de Alcántara" no deja de ser redundante.

Luis Caboblanco dijo...

Efectivamente "Al-kantara" es "el puente" en árabe y, que yo sepa, la construcción no se denominaba de ninguna manera especial en tiempos de la Hispania romana, más que nada, porque no había una población importante lo suficientemente cerca. El asentamiento de población más antiguo que se ha identificado es de tipo árabe y data del VIII d.C. y recibirá el nombre de KANTARA-ASS-AIF, que quiere decir el "Puente de la Espada" debido a la leyenda de que en el interior del puente se encontraba una de oro. Con el tiempo, la palabra "alcántara" designó una amplia zona de Extremadura, que fue tierra de frontera en tiempos de la reconquista, y que se repobló gracias en parte a los esfuerzos de la "Orden de Alcántara", antigua "Orden de San julián" y que cambió de denominación al establecerse en la villa cacereña.

Saludos