martes, 17 de mayo de 2005

Peticiones del oyente

Lamento ignorar la temática principal de este blog pero la oportunidad la pintan calva. Un amiguete fue hace pocos días a ver la película "El Reino de los Cielos" de Ridley Scott y, según el mismo cuenta, salió de la sala entusiasmado y ...encantado de haber aprendido algo de la historia de las cruzadas... (sic.). Lamento tener que ser yo el que te tire del guindo pero tengo la obligación de comunicarte, amigo mio, que de historia estás, en el mejor de los casos, bastante peor que antes.

Y este asunto se repite, una vez más. Cómo en la mayoría de las películas históricas que se producen al otro lado del atlántico, una buena ambientación y unos cuidados efectos especiales salvan, en parte, una historia destrozada por unos guionistas incompetentes. Por supuesto que no pretendo que Ridley Scott se dedique a hacer documentales en vez de películas, pero la ficción histórica, tomándose unas pocas licencias, tendría que basarse en lo verosímil. Es preferible inventarse un personaje e intentar integrarlo junto a los históricos, que poner patas arriba la existencia de aquellos de los que sí tenemos información contrastada. La historia verdadera es tan interesante o más que la representada en la película y a pesar de su complejidad, es posible apoyarse en ella sin traicionarla.

Otra crítica recurrente a este tipo de filmes es que se trasladan las obsesiones y las inquietudes de la visión norteamericana del mundo a otras épocas, incurriendo en un gran anacronismo. En el espíritu cruzado no estaba presente el afán de universalidad ni de liberación de los pueblos, al igual que tampoco el respeto por las vidas de los indefensos y desfavorecidos, por más que que Balian, verdadero defensor de Jerusalén, evitara al máximo la pérdida de vidas humanas, durante su postrero asedio.

Revuelto de personajes
El herrero protagonista de la historia (Orlando Bloom), ni era un pobre hijo bastardo, ni su padre se llamaba Godofredo. Balian de Ibelin era el tercer hijo de Balian el viejo, un caballero de ascendencia franca que arribó a Tierra Santa en los últimos momentos de la Segunda Cruzada. Además estaba casado con la bizantina Maria Commeno, viuda del Rey Amalarico I de Jerusalén, con quien se había desposado en segundas nupcias. Como quiera que Maria tuvo dos hijos de su primer matrimonio, Sibila y Balduino – el hombre de la máscara - llegamos a la conclusión de que la protagonista de la historia era, en realidad, hijastra de Balian.

Sin embargo, Guido de Lusignan, si era un arribista recién llegado a Tierra Santa. Le había reclamado su hermano, el Rey de Chipre, para intentar enparentarlo con alguna de las casas reales establecidas por entonces en Oriente medio ya que, al parecer, en Francia no hacían carrera de él porque le perseguía una cierta fama de "debil mental".

Para rematar el desaguisado, el tal Tiberias (Jeremy Irons), en realidad no se llamaba así, aunque sí era un personaje importante por aquel entonces. Se trataba de Raimundo III, Conde de Trípoli y estaba casado con Eschiva, princesa del pequeñísimo reino de Tiberiades de Galilea (posiblemente de ahí el nombre). Raimundo y los Ibelin tutelaban el reino, así que chocaron necesariamente con el llamado “partido cortesano”, que estaba decidido a un cambio en el estado de las cosas.

El Reino de Jerusalén se divide…
La lucha por el poder se estaba fraguando a causa de la terrible enfermedad de Balduino IV, y por la extrema juventud del heredero nombrado por él en 1183, Balduino V, sobrino suyo de seis años de edad, e hijo del primer matrimonio de Sibila con Guillermo de Monferrato. Para el segundo matrimonio de Sibila se pensó en Balduino de Ibelin, hermano de Balian, pero después de ser hecho prisionero por los sarracenos y pagar un gran rescate por su libertad, su casi novia le comunicó que mientras él había estado amaestrando ratas en las celdas sarracenas, ella se había entretenido en enamorarse de Guido de lusignan. Como resultado de esta boda, el tal Guido fue confirmado como regente de Jerusalén aprovechando la extrema gravedad de Balduino, pero poco después, el rey enfermo se la pasó a Raimundo, al parecer a consecuencia de una serie de excesos cometidos por Guido en el ejercicio de su cargo. Estaban así las cosas cuando, en 1186, el Rey niño murió mientras Raimundo se hallaba calentado el lomo a los musulmanes y el partido de la corte aprovechó su ausencia para coronar reina a Sibila.

La pérdida de Jerusalén
Otra licencia de la película es presentar a Guido de Lusignan como un villano con sed de conflicto. Evidentemente no se trató de un gran estadista, pero su afán sincero parece que era proteger el reino. Fracaso, sí; pero la iniciativa del enfrentamiento la tomo Saladino que encontró la excusa perfecta en el ataque a una caravana de peregrinos que iban a la Meca desde Damasco, y que tenía libertad de paso según los tratados firmados entre cristianos y musulmanes. En este ataque no participó Guido y además, como aquel ocurrió tras la muerte de Balduino IV, nunca se pudo producir el encuentro entre el Rey leproso y Saladino ante el castillo del Krak de Moab.

Tras el ataque a la caravana, Saladino reunió el mayor ejército visto hasta la fecha en Palestina y amenazó Tiberiades para conseguir la respuesta del Conde de Trípoli, una vez que se podía considerar violada la tregua firmada por ambos, hace años. Raimundo no era partidario de acudir al encuentro, a pesar incluso de encontrarse su mujer sitiada dentro de la ciudad, pero Guido optó por reunir todos sus recursos militares y aceptar el enfretamiento, instigado por Reinaldo y, sobre todo, por el Gran Maestre de los caballeros Templarios, Gerardo de Ridefort, un auténtico talibán de la fe cristiana que además debía de ser un poquito mosca cojon... Con semejantes dudas y divisiones en los ejércitos cristianos no es extraño que el enfrentamiento subsiguiente, la batalla de los cuernos de Hattin, resultara un tremendo fracaso para los ejércitos de la cruz. Allí fue donde se perdió el reino. Saladino tardó más de dos meses, y no cinco dias, en plantarse frente a los muros de Jerusalén, ya que por en camino se entretuvo tomando Acre, Jafa, Sidón y Áscalon. Sin órdenes militares, caballería pesada ni jefes experimentados la ciudad no podía defenderse. Y cayó.

Más imprecisiones
La forma de proceder de la mayoría de los personajes principales del filme, no puede ser más contrario a como realmente se comportaron. Raimundo de Trípoli no sólo no se negó a participar en la batalla sino que combatió ferozmente en las primeras lineas aunque, con el enfrentamiento ya perdido, consiguió escapar de la matanza con la mayoría de sus hombres. Balian de Ibelin también estaba presente en Hattin, aunque en la retaguardia y al cargo, posiblemente, del tren de bagajes, y también consiguió salir ileso. Saladino ajustició solo a los miembros de las órdenes militares como era su costumbre, además de a Reinaldo, y vendió como esclavos al resto de los supervivientes. Además, en la película, todas las huestes musulmanas parecen árabes pero en realidad, Saladino reclutaba a la mayoría de sus soldados entre gentes de procedencia turca y kurda.

Algunos otros detalles, además de no entenderse están mal explicados. Cuando Saladino ofrece agua de rosas a Guido, en realidad le está ofreciendo su hospitalidad y salvándole la vida, según las costumbres musulmanas. Por eso, cuando el Rey se la pasa a Reinaldo de Chatillón, el sultán le advierte: “Yo no te la he ofrecido a ti...” y acaba colocando su cabeza decapitada en el asta de una pica. En cuanto a la carga de caballería que lidera Balian para dar tiempo a que la muchedumbre de menesterosos se refugie en la fortaleza, esta fue realizada en realidad por caballeros de la Orden del Temple, con una finalidad mucho más prosaica: dejar en evidencia a sus "compañeros" de la Orden del Hospital, con los que estaban en franca enemistad y que estaban refugiados tras los muros del Krak, tranquilamente. De 160, no sobrevivió ninguno.

La toma de Jerusalén también tiene sus claroscuros. A causa de la bipolaridad antagonista que necesita la mente americana, no se hace referencia a los cristianos sirios ortodoxos que erán mayoría dentro de la ciudad, y estaban deseando que los cruzados fueran derrotados ya que con ellos, las pasaban aún peor que con los musulmanes. En cuanto a Balian, este no se encontraba en la ciudad cuando Saladino la cercó y tuvo que llegar a un acuerdo con él, para que este le permitiera entrar un día en Jerusalén para rescatar a su mujer y a hijos. Una vez dentro fue descubierto por el patriarca Heraclio, que le pidió que organizará la defensa y le libró del sagrado juramento que había hecho a Saladino de no volver a levantar las armas contra él. Por cierto, Sibila no huyo con Balian a occidente sino que se retiró a Acre y murió 3 años después, en el 1190. En cuando a nuestro protagonista, no sabemos su destino a ciencia cierta. Quizás muriera combatiendo en Jerusalén o puede que se entregara a Saladino a cambio de la vida de su familia.

Ricardo Corazón de Leon recuperó la ciudad en 1191.

4 comentarios:

Turulato dijo...

¡Qué mal lo pasamos!. ¡Pero aún lo pasaremos peor!.
Hay veces que los gigantes, convertidos en molinos de viento, golpean inmisericordes..
Pero, aún creyendo perdida la batalla, ¡luchemos por la verdad!.

Turulato dijo...

Por cierto. No se preocupe. Puede escribir sobre cualquier momento histórico.
Me da la impresión que la única condición para que sea un placer su lectura es que el asunto "le haya tocado las narices".
Y, además, Roma...

Luis Caboblanco dijo...

Algún docente español dijo que la verdad es plural y la mentira única. Jamás en la historia de la humanidad dispuso el hombre de acceso a mayor número de medios de difusión; curiosamente esto ha dado lugar al ser humano peor informado de todos los tiempos, porque actualmente, casi no hay información, y sí mucha opinión y, lo que es peor, generalmente poco meditada. En este sentido internet puede suponer un soplo de aire fresco...o la puntilla del animal.

¿Volverán los tiempos de la enciplopedia en el salón?

Anónimo dijo...

En general casi todo creo q es correcto pero hay que considerar que el Viejo Balian de Ibelin era primero de origen italiano, según creo, y que tenía uno de los tres castillos, el castillo de ibelin, construidos entre 1130-1145, en torno a ascalon que no fue tomada hasta 1154. En todo caso los ibelin tenían un feudo y castillo en nablus por lo que debian tener bastantes feudos siendo la primera familia noble del reino. Es absurdo en la edad media considerar el ascenso de un bastardo a la nobleza. También la actitud de sibila q estaba enamorada de guido de lusignan. que por cierto había sido expulsado de Lusingan en Aquitania, por el flamante nuevo duque, Ricardo que seria Corazon de Leon. Chipre perteneceria a los bizantinos hasta que Ricardo llegó allí en 1190 arrebatando la isla al sobrino usurpador del emperador commeno y otorgando la isla finalmente, como compensación a los lusignan. Pero si q es cierto que las películas norteamericanas son de todo menos respetables con la historia.