jueves, 15 de septiembre de 2005

Roncesvalles, 15 de agosto del 778 d.C.


Monumento a Roldan - Pirineos occidentales (supuesta tumba de Roldán).

A principios del verano del año 778 d.C, Carlomagno, el hombre más poderoso de Europa desde el tiempo de los emperadores romanos, tenía dos graves problemas. Por un lado, una de las marcas defensivas de su naciente imperio, la que se extendía al sur de los pirineos españoles, estaba políticamente revuelta, y empezaba a ser victima de las incursiones de los árabes, que incluso habían conseguido situar un reyezuelo en la ciudad de Zaragoza. Por otro lado, su corte era una especie de “Gran Hermano” en el que todo el mundo se nominaba pero nadie abandonaba la casa. Curiosamente, los principales actores de aquella suerte de reality show eran de su propia familia. El legendario Roldán, Marqués de la marca de Bretaña, era un compendio de virtudes, un espejo de caballerías y, además, sobrino suyo; Ganelón era su suegro, un político avieso y rapaz, dueño de incontables tierras y posesiones y, naturalmente, dispuesto a evitar que todo su ascendiente sobre el Rey se diluyera a causa del irreverente esplendor de aquel mozalbete.

Carlomagno, que no tenía un pelo de tonto pero en aquel momento como rey estaba un poquito tierno, resolvió que la situación en su frontera sur requería de su presencia inmediatamente, pero no tuvo los arrestos para solucionar las tensiones de su propio bando; Se llevó consigo a Zaragoza tanto a Roldán como a Ganelón, y a ambos les otorgó el mando de una mitad de su ejército: una decisión salomónica, que iba a salir extremadamente cara.

El rey de Zaragoza, Marsilio, por consejo de uno de sus generales, Blancadrín, simuló aceptar las condiciones de Carlomagno y le envió un emisario pero Roldán vio claras desde el principio las intenciones del embajador y sugirió lanzarse contra la capital de los aragoneses antes de que los habitantes de la ciudad terminaran de reforzar sus defensas. Sin embargo Ganelón se inclinaba por el acuerdo debido a su nula predisposición hacia la milicia y a que echaba de menos los placeres de Aquisgrán ¿el resultado? prevaleció su punto de vista aunque solo fuera por el ascendiente sobre su yerno.

Pero ¡ay! había que mandar un embajador a la ciudad para rubricar las condiciones del acuerdo y nadie estaba dispuesto a asumir semejante riesgo. Roldán, que debía de ser un águila, propuso la designación de Ganelón, y los barones, que le tenían una ciega devoción, respaldaron de inmediato su propuesta. Al parecer, una vez frente a las defensas de Zaragoza, al suegro le bastaron cinco minutos para coaligarse con Marsilio y diseñar un plan para acabar, de un plumazo, con la retaguardia del ejército franco, que naturalmente estaba mandada por Roldán. Al alba, con las columnas de soldados emprendiendo el camino de regreso a casa, el héroe se separó con unos 1.500 hombres para proteger a la parte posterior de la columna, acompañado de sus amigos, el senescal Anselmo, el Conde de Ginebra y de Arzobispo Turpin, este último un consumado especialista a la hora de repartir host… y no solamente dentro de la iglesia.

Cuando Roldán, ya rezagado del cuerpo principal del ejército, pasó por en medio de un estrecho desfiladero, varios miles de hombres de Marsilio se lanzarón contra ellos; cinco asaltos sucesivos en el espacio de una mañana redujeron los efectivos del sobrinísimo a sesenta hombres. En aquel momento, Roldán quiso tocar el olifante para llamar a las huestes de Carlomagno pero Olivero, el Conde de Ginebra se negó orgullosamente. Con los dos caballeros discutiendo, el Arzobispo Turpín arrebató el olifante de las manos de Roldán y lo tocó, pero Carlomagno, persuadido por el bellaco de su suegro, pensó que su sobrino simplemente estaba divirtiéndose; hicieron falta tres llamadas más para que Carlomagno se lanzase en ayuda de aquel.


Al otro lado del paso la batalla continuaba. Turpín agonizaba a causa de las heridas, Anselmo yacía muerto y Olivero, mortalmente herido, expiró en brazos de Roldán. El héroe, viendo la batalla perdida y sintiendo que la vida se le escapaba, trató en vano de romper su espada, se tumbó en el suelo, cubrió su cuerpo con sus armas y el olifante y, con su rostro orientado hacia la península ibérica, entregó su alma a su Dios. Carlomagno encontró el campo de batalla sembrado de cadaveres, tras lo cual persiguió a los sarracenos, los arrojó al otro lado del Ebro y emprendió el regreso a Aquisgrán. Una vez allí, se encerró a llorar la muerte de su sobrino en sus aposentos... de los que sólo salió para ejecutar a Ganelón.

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Se conocen tres versiones de la Canción de Roldán. Su estudio, y el de los Anales reales, una especie de crónica del reinado de Carlomagno, permiten elaborar algunas hipótesis acerca de la verdadera historia de Roncesvalles. Es seguro que las tropas partieron de Chasseneuil en abril del 778 d.C., que conquistaron Pamplona y que asediaron Zaragoza pero, una vez frente a sus muros ¿qué fue lo que hizo dar media vuelta a Carlomagno? ¿tuvo conocimiento de un levantamiento de los sajones o sufrió reveses bélicos que le obligaron a regresar? Los Anales omiten por completo este episodio y ni siquiera se puede situar con certidumbre el lugar donde se dio la batalla aunque hay constancia de que los principales barones del reino franco desaparecen de las crónicas oficiales este mismo año, al igual que Roldán. Por último, es preciso señalar que no fue el rey de Zaragoza el que atacó la retaguardia franca, sino Vascones apoyados por contingentes de musulmanes.

PD: Cómo todas las espadas mitológicas, la de Roldán gozaba de una característica muy especial; tan especial que hace que un arma de la actualidad obstente su nombre, en parte porque tiene una "habilidad" pareja a la de aquella... ¿cuál era su nombre y qué era capaz de hacer?.

13 comentarios:

Turulato dijo...

¡Delicioso estilo literario!.
En cuanto al lugar, excavaciones en la Selva de Oza, pasado el desfiladero de la Boca del Infierno -que cierra por el norte el valle del Aragón Subordán- han descubierto los indicios de que allí se libro un buen combate en la época de marras.
Yo, desde luego, nunca hubiese planteado mi repliegue desde Zaragoza hacia el norte utilizando Roncesvalles.
¿A que dar semejante rodeo?. Sólo sí quisiese evitar estrechamientos hubiese "caido" al oeste por las Cinco Villas, pero desde allí un buen guía me hubiese dirigido al Roncal, hacia Isaba y Belagua..
Pero.. ¿Qué vale para la historia el análisis del factor terreno de la orden de operaciones?.

http://www.hadasyleyendas.com/aragon1.htm

Luis Caboblanco dijo...

¡Leche! ¿conoces la zona?. Bien sabes que el factor terreno es vital para la buena comprensión de una operación militar, así que no provoques con tu última frase que te conozco :-)

Últimamente han cobrado importancia en el estudio de la historia, los análisis de mapas y el estudio de fronteras, disciplinas que en España ni sabíamos que existían. En esto como en tantas cosas, los anglosajones nos llevan ventaja.

Con este post inauguro una serie de doce, donde comentaré para los no iniciados que me leen (y para tí) la docena de batallas de la historia que menos conocía y que más me impactaron cuando las releí.

Por último, el rodeo de Carlomagno ¿consecuencia de un guia al que "le dieron la vuelta"?

Turulato dijo...

Claro que conozco la zona. Después de hacer el Diploma para el Mando de Unidades de Esquiadores-Escaladores, estuve destinado en la Compañía de Esquiadores-Escaladores de la E.M.M. en Candanchú.
Y ya de capitán, terminé volando en la UHEL que cubría el Pirineo.
Antes de pasar a la Reserva, como "fin de fiesta", volví a estar 8 años en la Brigada de Alta Montaña.
Tengo en la cabeza toda la cordillera y sus valles, como tú las habitaciones de tu casa.
En cuanto a determinados hechos históricos se ha pasado por alto su análisis histórico-militar, ineludible al gestarse lo que ocurrió durante conflictos armados y sin el cual no es posible conocer la verdad de lo ocurrido.
Los guias... En aquellos años, o no había mapas o eran meros croquis, muchas veces inexactos o fabulosos.
Todos los movimientos de columnas se realizaban apoyándose en guías, normálmente nativos.
Pensemos. Los francos habían realizado una penetración hacía el sur..; ¿no es lógico que volviesen por el mismo lugar?.
No existían ní Intendencia ní Unidades Logísticas, con lo que las fuerzas se abastecían sobre el terreno (lo que explica porqué los musulmanes evitaban el "desierto" del Duero).
El Valle del Ebro sería, lógicamente, la zona más poblada y, consecuéntemente, con más recursos afanables.
"Ergo", puedo elegir entre aproximarme a Zaragoza por el Ebro, desde el noroeste y haciendo sonar las trompetas para impresionar, a ver sí negocian, o buscar la sorpresa utilizando la penetrante más corta y directa.
La proxima jugada está en tus manos..

Luis Caboblanco dijo...

Bueno, pues va a ser lo que tú explicas: Paso el Pirineo, hago sonar todo lo que tengo para que la gente vea claramente que soy Carlos "el grande" y a ver si negocian y me ahorro los hombres que me harán falta Dios sabe cuando...clara demostración de que la guerra es la continuación de la política pero por otros medios.

La revuelta sajona del 778 d.C. alcanzó buena parte del norte delos actuales Paises Bajos y Alemania y la cosa estaba tan apurada que el Rey de los francos tuvo que movilizar contingentes de todas las etnias que componían su imperio.

Históricamente, ha sido extraordinariamente que un Imperio, por fuerte que este haya sido, consiguiera mantener actividad militar en dos frentes simultaneamente. No lo consiguió Carlomagno, ni Napoléon, ni Hitler. Curiosamente si lo consiguió el Imperio Romano, durante el principado de Marco Aurelio, aunque por poco tiempo.

Anónimo dijo...

Un blog mas que interesante, todo un hallazgo. Te visitare con frecuencia.

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita, puedes repetirla cuando quieras.
¿Cómo es que yo no vi tu blog primero?, hablando de historia, aquí me tendrás, es mi asignatura preferida.
Un saludo

Grial dijo...

"..-¡Roldán, amigo mío. ¡Que Dios coloque tu alma entre las flores, en el paraíso, junto a los que disfrutan de la gloria! ¡Mal señor fue el que a España te llevó! No habrá de despuntar un día en que por ti no sufra. ¡Cómo van a decaer mí fuerza y mis bríos! Ya no habrá nadie para defender mi honor; me parece no tener ya ni un solo amigo bajo el cielo. ¡Entre los parientes que conmigo quedan, ninguno tiene tu valor!....
*El cantar de Roldán
[CCVII]
Ha sido todo un placer leerte, me hago la misma pregunta de Leodegundia:
-¿Cómo es que yo no vi tu blog primero?
Un beso :)

almena dijo...

Ave César! :-)
Pues... ¡qué interesante!, voy a comenzar poco a poco... degustando... desde el primer post...
Y bueno, veo que los comentarios son entre expertos y avezados!
Muy ilustrativos, sí. Son los comentarios y réplicas.
Saludos!

Anónimo dijo...

Muy interesante tu post y el anterior sobre los hábitos numéricos de los romananos. Te añado a bloglines para seguir futuros artículos.

Turulato dijo...

¡Enhorabuena Luís!. Un éxito. La calidad termina por triunfar.

Luis Caboblanco dijo...

Madre mía..¡estoy abrumado! nunca pensé que sería capaz de sacar tanto partido a un paseo de media hora por la blogosfera. Gracias a todos; espero ser capaz de robaros cinco minutos de cuando en cuando. ¡Ah! y de expertos, nada de nada...si acaso Turulato, socio número uno.

Edem dijo...

Creo mas bien que el paso por esas tierras fue mas bien una demostracion de fuerza contra los Vascones. De fuerza militar, porque conquistaron Pamplona y de paso fuerza religiosa, porque los pamploneses no eran cristianos del todo. Y un Emperador que se consideraba el sucesor del Imperio Romano (el cristiano, claro), no podia dejar de pasar esa oportunidad. Resumiendo, y dicho de forma simple "entraré por aqui para que veais que soy el mas fuerte y para que veais que Dios me guia y tengo la razón".
Mas que batalla, hoy en dia los historiadores piensan que fue un ataque a la retaguardia. Los vascones de la epoca no tenian la capacidad de atacar a un ejercito como el de Carlomagno en campo abierto. Solo podrian triunfar en una emboscada y contra tropas reducidas. Lo que pienso es que o bien la intendencia o bien el botin se encontraban en la retaguardia, y que el orden de marcha del ejercito carolingio les hacia ir en columnas. Los vascones, dolidos por la toma de Pamplona, esperarian el momento del ataque, y en un momento dado atacaron el convoy. Era un puesto arriesgado, asi que no es dificil que lo defendieran tropas de elite, tales como Roldan, su obispo o los compañeros (algo asi como la Guardia Imperial). Ante un ataque en un sitio escogido, sin posibilidad de maniobra de la caballeria y ante inferioridad numerica, la retaguardia cayó. No seria dificil que todo no hubierda durado mas de 10 o 15 minutos. Es decir, llegar, masacrar, rapiñar y marcharse antes de que el resto del ejercito reaccionara.
Un saludo de Edem.

Flotón dijo...

Durandal, la indestructible, dio nombre a la BLU-107 durandal, bomba antipistas asistida por cohete.