martes, 12 de septiembre de 2006

Un caballo de madera

Caballo maderil en la moderna Troya... Canakkale

Hace mucho, mucho tiempo, en las páginas sepia de los principales periódicos griegos, se publicaron repetidamente anuncios más o menos parecidos a éste… “Se buscan hombres físicamente bien parecidos de entre dieciocho y treinta años, para ilusionante puesta en funcionamiento de empresa y su posterior expansión... no necesaria experiencia aunque sí espada y escudo propio… se ofrece contrato laboral – aunque con posibilidad de transformación en indefinido a poco que vengan mal dadas… - e interesante remuneración, eso sí, variable, a base de botín, hermosas jóvenes e incluso la posibilidad de figurar en maravillosa obra literaria que marcará el devenir de la poesía épica por los siglos de los siglos… abstenerse blandos de corazón y personas con excesivo apego a los suyos o a su hogar… MUY IMPORTANTE: total disponibilidad para viajar… y puede que para no volver… Razón: Sr. Agamenón… Tfno. 555 …."

… Y, como en la mayoría de los anuncios en los que se ofrece una oferta de empleo, los candidatos fueron miles, lo que unido a las laxitud de los procesos de selección de entonces – en los que no hacía falta poner eso de “Troyano, nivel medio hablado y escrito…” – motivó que la convocatoria fuera un auténtico éxito, y que, al poco, faltaran barcos para meter a tanto becario… Nada menos que mil fueron necesarios. A decir verdad también ayudaban las turbadoras leyendas que llegaban desde el otro lado del mar, en las que se hablaba de la ciudad de Troya como una especie de antiguo El Dorado, gracias a su inmejorable posición estratégica y a su floreciente comercio. El rapto de Helena fue la excusa que necesitaban los aqueos y, como ¿explica? Homero, Agamenón se puso al frente de sus variopintas huestes, dispuesto a calentar el lomo a esos desvergonzados troyanos... y, de paso, a comentarle a Helena un par de detalles sobre lo que pensaba de las jóvenes que no acostumbraban a respetar la hora de volver a casa...

Aunque el proceso de selección funcionó de maravilla de cabo para abajo, más dificultades acarreó a Agamenón la provisión de mandos intermedios. Ulises fue designado subdirector de operaciones pero, recien casado, la posibilidad de ir de expatriado no le "llenaba" así que recurrió a toda clase de engaños para no respetar su precontrato laboral. Incluso llegó a fingir espasmódicos ataques de locura, arando la arena del mar o sembrando sal en vez de trigo pero Palamedes, el psicólogo de la empresa, colocó al hijo de Ulises, que aún era un bebe, en la trayectoria del arado y el padre levantó con premura la verja para evitar el infanticidio, demostrando a su pesar que la demencia era fingida y perdiendo al instante cualquier posibilidad de pedir la baja.

Luego, más metido en harina, la verdad es que el trabajo se le dio bien. Su sentido común y su manifiesto heroísmo le valieron varios ascensos que le procuraron gran fama entre sus hombres por lo que, a la muerte de Aquiles, se le entregaron en depósito las armas del gran guerrero aqueo. Ulises sonrió complacido pero ni siquiera aquello le alegró su corazón. El prolongado asedio a Troya duraba ya muchos años y nuestro héroe, ávido de nuevas perspectivas profesionales y harto de encadenar años tras año decenas de contratos de obra , contemplaba cada mañana las imponentes murallas de la ciudad con una mezcla de respeto y melancolía... hasta que un día concibió un descabellado plan... Ulises tuvo la idea de construir un enorme caballo de madera dentro del cual se ocultarían los más motivados y valerosos guerreros griegos... ¡los que tenían contrato en prácticas! Una mañana, el ejército atacante fingiría retirarse y, cuando los troyanos introdujeran el caballo en la ciudad tomándolo por una gigantesca ofrenda, se abrirían unas puertas en su vientre puertas para que los aqueos acabaran con la resistencia enemiga de una vez por todas.

Y así fue... Efectivamente, al comprobar que los griegos se habían ido con lo puesto, los troyanos salieron de la ciudad en medio de gran alborozo para admirar lo que los orgullosos y soberbios hijos de Apolo habían abandonado precipitadamente. Helena también se acercó a verlo pero, desconfiada, a punto estuvo de desbaratar el ardid… la joven dio tres vueltas alrededor del caballo y, tras palparlo con las manos, llamó por sus nombres a los más valientes guerreros enemigos fingiendo la voz de sus respectivas mujeres. Diómedes y Menelao a punto estuvieron de caer en la trampa pero Ulises los contuvo hasta que Atenea, adalid de los griegos, distrajo la atención de Helena hacia otro lugar.

Mientras tanto, entre los Troyanos avanzaba el desacuerdo sobre que hacer con tan incómodo presente… Unos querían quemarlo en la playa, otros sugirieron despeñarlo desde la parte más alta de las murallas de la ciudad y, por último, un tercer grupo abogó por conservarlo y ponerlo encima de la televisión, al lado de la gitana, ya que, sin duda, los griegos lo habían construido en honor a Poseidón y no era cosa de tocar las narices a uno de los Dioses con peor pronto que se recuerdan. La tercera opinión era la más arriesgada, irreflexiva y estúpida y, como tal, salió victoriosa.

Laoconte, a la sazón sacerdote de Poseidón y cabeza visible del sector más crítico dentro de los prebostes troyanos, alzó la voz para advertir de los peligros que tan poco sopesado acto acarrearía e incluso lanzó una flecha al costado del caballo pero la masa, emborrachada de alegría, ni siquiera acertó a oír que aquella flecha había hecho impacto… en algo hueco. Los troyanos hicieron una gran celebración, bailaron el "Paquito the chocolateman" y cuando los guerreros griegos salieron del caballo, la ciudad entera estaba completamente bebida; sin ningún esfuerzo abrieron las puertas de la ciudad para permitir al resto de las tropas el acceso y tondos juntitos se pusieron a quemar y saquear a discrección...

... Había llegado la hora de la paga extra.

Como en todas las ofertas laborales, y más tarde, en el desempeño del trabajo mismo, en la Guerra de Troya no es oro todo lo que reluce y hay más medias verdades que reales certezas. Homero, rapsoda excepcional, contribuye con su narración a embarullar el asunto y nosotros mismos ahondamos en esa dirección al tender a considerar la obra de un poeta, una realidad histórica. Los historiadores están de acuerdo en que, entre los siglos XV y III a.C. una ciudad, bautizada ahora Nueva Ilion, desempeñó una relevante función comercial en las transacciones que tenían por escenario el Estrecho de los Dardanelos. Una vez excavadas las ruinas de dicha ciudad, la cosa se complica aún más pues han aparecido sucesivos estratos arqueológicos datados en siglos distintos, como si fueran las capas de una gigantesca cebolla. La capa que nos interesa está fechada entre 1.300 y 1.100 a.C y presenta evidentes signos de destrucción, lo que nos hace pensar que fue una de las víctimas de las luchas que atormentaron el Asia menor por aquellos días.

En cuanto al caballo, un par de teorías no son del todo descabelladas. Por un lado, en la antiguedad se llamaban caballos a unos gigantescos arietes usados para abrir hueco en las murallas enemigas. Eran artilugios enormes, forrados de cuero humedecido y que precisaban cientos de hombres para su funcionamiento... más o menos como el caballo Homérico. Otra posibilidad es que Hómero relatara por medio de una alegoría uno de los principales pasatiempos de los antiguos Aqueos... organizar intercambios de prisioneros, dejar unas docenas de animales presuntamente sin vigilancia en el punto de encuentro y caer sobre los enemigos en el momento en que estos se pretenden apropiar del inesperado regalo.

Sea cual sea la verdadera historia... Hómero le sacó bastante tajada ¿no creéis?

15 comentarios:

Joaquín dijo...

Los test psicotécnicos se harían sobre tablillas de cera, jejeje

Edem dijo...

Buf... ahora hay mas hipotesis. Desde la de los famosos pueblos del mar (los aqueos serian uno de ellos), derivados en parte de la caida de los micenicos, hasta una empresa puramente comercial.
Vereis... el mito de Jason, los Argonautas y el vellocino de oro, transcurre en esas tierras. Para que nos entendamos, el mar negro, Ucrania y la costa norte de anatolia, era para los griegos, una zona comercial, como lo fue Iberia para los punicos o Britania. Es decir, daba muchas cosas por poco costo. Y principalmente daba cobre. En una cultura basada en el Bronce, eso era algo esencial.
Pero... habia dos peros. Uno de ellos era Ilion. Ilion, Troya, o un nombre que no me acuerdo ahora, situada en un sitio muy estrategico para dominar el comercio. Recuerdo que siglos mas tarde, cerca de alli se levantó una ciudad que fue base de dos imperios, Constantinopla, y que se basaba en parte en el comercio tambien. Pero eso estaba por verse. Bien... decia, estaba Ilion, que con una gran flota, y un ejercito disciplinado, les fastidiaba el negocio. Asi que, olvidaros de la parte romantica de "me han raptado a la esposa". Lo mas probable es que ni se inmutara. O que lo utilizara como base para la guerra.
El otro pero, era el Imperio de Hati. Este dominaba las otras fuentes de oriente medio de cobre, y ocupaba un espacio que seria mas o menos equivalente a la Turquia actual. Y por esas fechas, estaba presionando a los micenicos y a los aqueos, retirandoles el acceso a sus puertos. Tambien es verdad que estos apoyaban a Egipto, que era su rival, pero en fin.
Asi que, tenemos una ciudad rica, un Imperio que está tambaleandose y que ha recibido un correctivo de Egipto por esas fechas, y un pueblo marino con ganas de bronca.
Para que lo entendais tambien, imaginaros a los vikingos, pero en Bronce, y en Grecia. Y tendreis una idea aproximada de los Aqueos.

Luego la Iliada... es curioso, pero estos griegos no aprenden. Exaltan a los heroes, pero tambien exaltan a los vencedores.
Y lo curioso tambien, es que normalmente salen mejor parados los Troyanos que los Aqueos.
Hector es un ser noble, que es un guerrero por necesidad.
Aquiles es un mercenario que lucha porque le gusta.

Agamenon y Menelao quieren borrar del mapa a Troya, y de paso llenarse los bolsillos.
Y por no hablar de Ulisses, Claro. Odiseo encarna lo mas astuto de los griegos, y del mediterraneo. Y que no le importara pasarse 20 años con Calipso antes de volver a casa, y enfadarse con los que querian hacer lo mismo con su mujer...
Lo del caballo... bueno, Poseidon, aparte de Dios del Mar, era el Dios de los caballos. Y tenia una mala gaita que no veas. Si no, fijaros en Ulisses. Que no hizo las ofrendas necesarias, y se encontró sin barcos, sin botin, y en brazos de una hechicera maciza que le prometia la vida eterna... (un momento, donde hay que ofender a Poseidon?). Broma aparte... los exvotos eran algo comun en los griegos. Hacian sacrificios por todo, asi que no seria muy ilogico que los Troyanos "picaran".

Una cosa mas... tambien fue el canto del cisne de los Aqueos. Si bien triunfaron, se debilitaron tanto que no pudieron resistir la invasion Doria, que les ocuparia media Grecia (Esparta, por ejemplo, o Lacedemonia), y que acabaria con la civilizacion micenica.

Un saludo de Edem

Mayte dijo...

Delicioso paseo a la mitologia...historia..un placer como siempre.

Bikos y buena semana, la mia esta muy liada!

Anónimo dijo...

¡Que recuerdos! Agamenón fué el que me hizo mi primera entrevista, pero como no daba la talla, me mandó ayudar en la construcción del Caballo, pero al exigirles mejores condiciones de trabajo me desterró al Mar Negro, yo ví eso tan negro que volví a protestar y me mandaron al Mar Vivo, hasta que el pobre se murió y un nuevo destierro me esperaba, esta vez hacia Hispania, viajando en carroza de lujo y con todos los gastos pagados. Y aquí me encuentro de momento.
Saludos
P.D. Cada vez me gustan más tus relatos

Luis Caboblanco dijo...

Así es es, y así serían los abueletes de los antiguos griegos, los Aqueos, "los vikingos" del mediterraneo. Además, a saber como se llamarían entre ellos mismos: Aqueo es una derivación de achoeu que es como llamban los antiguos romanos a los habitantes del Acaya, una región de la antigua grecia.

Conincido contigo Edem, en el transfondo económico del asunto. Quitando las guerras por dinero o por mi Dios, porcas más ha habido en el mundo. Seguramente, la situación de equilibrio entre tanto pueblo la cuestionó Troya al erigirse como nueva potencia económica y eso molestaría a algunos y desataría las envidias de otros. El resto ya es más o menos sabido por todos.

Es curioso como la Iliada ensalza a los perdedores - Una costumbre muy mediterranea, no como los anglosajones que solo estiman los parabienes del vencedor - aunque en cierto modo, cantar la habilidad de Ulises y su inteligencia para salirse con la suya tambien podría considerarse un reconocimiento. En la Iliada, además, se exageran todos los comportamientos, los buenos y los malos, y se presenta a los humanos como seres sometidos al dictado de los Dioses, casi sin personalidad propia... De ahí que por el libro pasen multitud de personajes que duran un telediario. Por último Homero no se posiciona por encima de los acontecimientos para contarlos sino que adopta la pose de aquel que nada sabe, el escalón más bajo... de ahí que, al no compararlos con nada, adquieran un cierto matiz de verosimilitud.

Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta que Homero no se llamaba Homero y que muy poco se sabe de él, sino que en el lenguaje local Homero significaba "ciego", se ha llegado a poner en duda hasta la existencia del autor y se ha apuntado la posibilidad de que la autoría de la Iliada y la Odisea sea el producto del ingenio de varios autores en una especie de obra colectiva. Parece ser que hubo en Quíos un grupo de poetas que se hacían llamar los Homéridas, pretendiendio ser descendientes de Homero.
La Iliada se escribió 400 años más tarde, a mediados del s.IX a.c., después de una "Edad Oscura" en la que desaparecieron naciones enteras y en la que casi se extinguió la escritura. La Odisea atibuida también a Omero se escribió dos o tres generaciones más tarde que la Iliada, según algunos podría ser obra de "negros". Hay que tener en cuenta que para los griegos las precisiones cronológicas no importaron hasta el s.IV a.c., hasta entonces sólo los mitos tarsmitidos oralmnte eran merecedores de sus recuerdos.(Así que yo no le echaría todo la culpa a Homero).
Respecto al episodio del Caballo de Troya, un precisión, no es en la Iliada sino en la Odisea donde se narra. Como ya habéis comentado varias hipótesis, apunto una mucho menos efectista, según la cual, los argivos lograron entrar en la ciudad con la colaboración de un traidos: Antenor quien supuestamente ofendido por el rey Príamo, habría sido quien dibujó un caballo(símbolo de las tropas griegas)en el lugar estratégico de los muros de la ciudad de Troya para señalizar el punto más vulnerable por el franquear la entrada.
Verdad o ficción, quién sabe.
Un abrazo

Silvia dijo...

El artículo de hoy es estupendo, me lo he pasado 'pipa' leyéndolo, porque siempre me gustaron mucho la Iliada y la Odisea.
Aunque los troyanos eran un pelín duros de mollera, ¿no? Porque desoyen las advertencias de Laoconte, las de Cassandra (pobre, que nadie la creía)...Claro, que todo se habría evitado si Hécuba hubiea hecho caso a la profecía y hubiera dejado que Príamo le diera pasaporte a Paris.
Mis felicitaciones por tan ameno relato
Un abrazo

Anónimo dijo...

...No hay que olvidar que Homero era un poeta y que aborda el hecho histórico desde el lado épico y literario, resaltando los valores nobles de los personajes, aunque se tratase de los derrotados. Ni juzga ni interpreta sino que convierte aquel acontecimiento histórico en un poema merecedor del recuerdo para la historia.
Y es que "ande o no ande, caballo grande"... SALUDANDO:
LeeTamargo.-

Anónimo dijo...

El gran vate que nos narra los imperecederos poemas épicos griegos,La Iliada y La Odisea es Homero haciendo inmortales las guerras, sus héroes y Helena.
He escogido un trozo en verso de Helena sobre la muralla de Troya a la espera del duelo de paris i Menelao(Iliada, cantoIII, vv 154-177) .
Estaban los jefes troyanos sentados sobre la muralla murmurando de las guerras entre griegos y troyanos provocados por la bellaza de helena que aparecia en aquel momento por la muraya para ver el duelo de Paris y Menelao todos callan. Priamo llama a Helena para que se siente a su lado para que contemple desde la primera fila a su primer esposo, a los aliados y a sus amigos. Con voz suave le dice que ella no es la culpable de nada , que son los dioses los que han provocado la guerra con los aqueos. Le pregunta por el nombre del guerrero prodigioso aqueo afirrmando que hay otro más grandes de estatura pero pero jamás había vissto otro taaaaaaaaaaaan bello,tan hermoso y con porte de rey.
Helena diosa entre las mujeres responde así:"Amado suegro, tu presencia me infunde tanto respeto como temor.¿Como habría preferido la muerte cru al día en que seguí hasta aquí a tu hijo abandonando mi cámara nupcial, a mis parientes y a mi querida hija y ahora el llanto me consume... ... y le relata lo ocurrido tan bien expuesto por vosotros. Un abrazo nina

Anónimo dijo...

Dudar de la veracidad de lo que cuenta Homero y de su misma existencia, hará revolver en su tumba a Schliemann. El "demostro" que todo era cierto...
Muchas gracias por tan magnifico relato.

Turulato dijo...

No sé que me ha interesado más, sí la Historia o la expresividad que consigue quien tiene el ánimo efervescente...

Anónimo dijo...

Bueno, tampoco es de extrañar que no creyeran a Laocoonte pues cuenta la historia que cuando advirtió a los troyanos de que dentro del caballo podría haber tropas enemigas y aconsejó quemarlo arrojando él mismo antorchas encendidas, en ese momento dos serpientes enormes surgen del mar y devoran a sus hijos y cuando él intenta luchar con esas serpientes también le devoran a él.
:-) No hay duda de que Homero tenía una gran imaginación. Me encantó como lo contaste.
Un abrazo

Gregorio Luri dijo...

Magnífico. Y punto.

umla2001 dijo...

Sólo un apunte, una obviedad, respecto a lo que decía Edem. Alabar las virtudes del enemigo es también una manera de echarse flores. Es decir, si los troyanos eran buenos, y a pesar de eso, terminaron derrotados... ¿Cómo serían los vencedores?

Sigue siendo un placer leerte.

Anónimo dijo...

Ningún vestigio histórico sustenta la historia relatada por Homero y, por descontado, no hay resto arqueológico alguno que pueda llevarnos a creer en la realidad de un supercaballo construido con maderas. Es más, los estudios realizados en el sustrato VIIa del monte Hissarlik, emplazamiento de la Troya histórica, no han puesto al descubierto señal alguna que pudiera confirmar el asentamiento extramuros de ese enorme ejército que Homero hace sitiar a la ciudad durante diez largos años; en aquellos tiempos, los ejércitos rara vez permanecían cohesionados más allá de unos pocos meses pues la rivalidad entre ciudades era fuente de frecuentes altercados e indisciplina entre los soldados. Lo más probable es que siendo un punto clave en el tránsito comercial, aquella ciudad se viera implicada en varios ataques y algún asedio, noticias que se fueron mezclando y fantaseando con el paso del tiempo. Esto, naturalmente, no resta un ápice a la brillantez de su artículo. Por cierto, tal y como Marian nos ha explicado, algunos historiadores mantienen la teoría de que el nombre de Homero era en realidad el de un colectivo de poetas. Vamos, algo así como la cooperativa del verso.
Reciban todos un atento saludo.