jueves, 22 de noviembre de 2007

Valeria

Valeria es un hermoso nombre latino que, etimológicamente viene a significar valioso o valeroso. Si hacemos caso a esas tarjetitas que venden en las tiendas de regalos – sí… esas que comprábamos cuando éramos más jóvenes y nos quedaba algo de calderilla del bote del cumpleaños… - las personas así llamadas son tremendamente perfeccionistas, más bien recatadas y bastante tímidas. Su trato con los demás, dicen que es frío y distante, tienen un gran sentido del deber, de la previsión y de la prudencia y, en la vida progresan lentamente, pero de forma certera. A mí, estas cosas no pueden dejar de motivarme una amplia sonrisa: el que una persona, con sus sensaciones, vivencias y comportamientos a cuestas, pueda ser “así” o “asá” por causa de un apelativo que ni siquiera se elije por propia voluntad, me parece la “repera”... pero, en fín, a los humanos nos vuelven locos estas pequeñas gotas de irracionalidad.

Afortunadamente, Valeria es también el nombre de algo mucho más palpable e indiscutible, uno de los conjuntos arqueológicos más importantes – y a la vez más desconocidos - de la península al menos en lo que a la Hispania Romana se refiere. Llegar es sencillo… una vez en la carretera de Valencia basta coger el desvio de Arcas y atravesar la propia Arcas, Tórtola y se llega a Valeria. La ciudad fue fundada en el año 94 a.C. por el procónsul Valerio Flaco, un militar romano bastante molón que tuvo muchísimo éxito a la hora de someter a nuestros tatatarabuelos, que por aquel entonces andaban pelín asalvajados en lo que hoy en día es la actual provincia de Cuenca. La ciudad nació con una clara finalidad romanizadora y muy pronto se convirtió en un importante centro comercial y político.

Pero... ¿Qué es lo que hace que merezca la pena visitarla? Pues creedme, infinidad de cosas; Por un lado conserva restos en muy buen estado de uno de los ninfeos o fuentes monumentales más grandes de todo el Imperio romano. Dichas construcciones estaban dedicadas a las ninfas y no eran muy usuales por lo que su valor, en este caso, es doble. Además, su foro está considerado como uno de los mejor conservados que existen en la península ibérica, conservándose restos de diferentes épocas y estilos, con lo que es sencillo imaginarse como cambió de apariencia según se fueron añadiendo modificaciones estéticas. Las últimas excavaciones – que desgraciadamente avanzan al mismo ritmo que el de las administraciones públicas que las sufragan, es decir, más bien cansino… - se han centrado en completar las excavaciones del mencionado foro y el área monumental de esta antigua ciudad donde se ubicaban la mayor parte de sus edificios públicos. Gracias a ellas, se ha recuperado la práctica totalidad de la planta y los cimientos de lo que debió ser una magnífica basílica, además de otro gran edificio, de planta rectangular y formado a partir de dos grandes naves, que fue destinado a servir como "domus pública", es decir a su uso por parte de los magistrados municipales para impartir justicia o celebrar los más variados saraos y actos institucionales. Por último, Valeria se esfuerza en hacer participar al visitante de su belleza y de sus historia, y periódicamente acoje todo tipo de actos culturales que van desde charlas y recreaciones históricas hasta representaciones teatrales.

Pero, no es precisamente todo lo que os acabo de contar lo que hace casi imprescindible darse una vuelta por Valeria… amén de todo lo que visual y culturalmente nos pueda ofrecer, la ciudad, junto con el paisaje y su atmósfera, es capaz de transportarnos hasta épocas pasadas y hacernos rememorar imágenes de las que nunca pudimos ser testigos. Y, lo más importante, Valeria es capaz de fabricar en el que la ama miradas como la que yo hace poco tuve oportunidad de contemplar; miradas fugaces pero penetrantes e inmensamente hermosas… rayos de un verde cautivo que anulaban la razón y solo animan a concentrarse en su dueña…

Verdes, verdísimos…

2 comentarios:

Leodegundia dijo...

:-) Estás seguro que sólo hablas de la Valeria ciudad?.
Bueno, ahora en serio no sabía de sus existencia quizás porque Cuenca es una de mis provincias pendientes, así que me alegro de que me la presentaras y poder ponerla en la lista.
Un abrazo

Maribel Molina Rey dijo...

Visité Valeria hace un par de años, por casualidad y porque me perdí volviendo de alguna excursión recóndica.
Me impresionó, sobre todo que un lugar tan lejano, perdido y olvidado como es la zona manchega de Cuenca albergase esa joya, y como una pequeña ciudad perdida de la mano de Dios, dentro de un impero tan imenso(donde cristo perdió el mechero, diría mi padre) poseyera uno de los ninfeos más grandes y hermosos de Roma.

En fin, ver para creer.