viernes, 26 de diciembre de 2008

La División Azul


A principios de 1941, parte de este país nuestro y la mayoría de la colección de jerifaltes que guiaba nuestros destinos, ya sabéis, como reserva espiritual de Europa que se supone que éramos, estaba “loquita” con el devenir de la guerra en el continente y con el hecho cierto de que en aquellos momentos, a las divisiones nazis no había nada que las parara. Franco, que era muy tonto pa’algunas cosas pero muy listo pa’otras simpatizaba abiertamente con la causa hitleriana pero se daba cuenta de que, a causa del penoso estado en que se hallaban nuestras fuerzas Armadas tras la contienda entre nosotros mismos, poco podíamos hacer salvo animar. Por otro lado, no era menos cierto que a los alemanes, el bando nacional les debía un par de favores... así que la solución intermedia para salir en la foto pero bien al ladito, por si había que salir corriendo a la primera oportunidad, fue enrolar una fuerza de voluntarios que cumpliera el expediente contra el malvado enemigo comunista. Hitler la autorizó el 24 de Junio de 1941

El método de reclutamiento fue sencillo. En la mayoría de las grandes ciudades españolas se crearon banderines de engancheen un proceso muy similar al que se utilizaba para enrolar a los antiguos Tercios... – a los que se presentaron, por varias razones, un gran número de jóvenes españoles, la mayoría de ellos militares o falangistas; ¿qué por qué? Pues... a ver, en aquellos días los sentimientos generados por la Guerra Civil estaban a flor de piel y, a los hijos de Stalin se les tenía por la misma reencarnación del diablo. Por otro lado, entre nosotros estaba muy presente ese ascendente combativo que según los historiadores nos adorna desde que el mundo es mundo y, por último, en el penoso estado en que quedó la economía patria tras la contienda, matar comunistas no dejaba de ser, casi, una salida laboral. Así que, de un estimado de alrededor de una brigada – unos 3.500 hombres – se pasó al de una División completa que encuadraba más de 18.000 hombres que, muy animosos, conformaron lo que en el ejército alemán se llamó la 250º División Española de Voluntarios.

Efectivamente, eran voluntarios; y animosos, ni te cuento. Cuando llegaron a las zonas de encuadramiento en Alemania – por cierto, después de atravesar Francia con algunos incidentes ante la nula simpatía que despertaron en Gabacholandia – los mandos de la Wehrmacht se sorprendieron ante la masiva presencia de instrumentos musicales entre los soldados, la nula pulcritud de su apariencia y comportamientos – iban la mayoría sin afeitar y mostraban demasiado cariño a cualquier alemana que se les acercara a menos de un par de metros – y su curioso uniforme, mezcla heterogénea de los pantalones de un legionario, la boina de un requeté y la camisa azul que no popularizó Zara sino el fundador de la Falange. De ahí el nombre con el que fueron conocidos... La Blau Division o División Azul.

En fin, el 20 de agosto de 1941 y bajo el mando de Muñoz Grandes, la división de españoles, ya equipada a la manera alemana, efectuó su juramento y se encaminó hacía el frente ruso donde, en aquel momento, las mejores divisiones alemanas intentaban sacar fuerzas de flaqueza para vencer al frío y efectuar un ataque hacia Moscú que fuera definitivo. Como ni siquiera Alemania tenía excedentes de materiales, una vez llegaron a Polonia, tuvieron que cubrir la última parte de su viaje a pie e incluso en bicicleta, hasta que llegaron a Smolenks y más tarde a los alrededores de Leningrado donde quedaron encuadrados en una amalgama de fuerzas de variado porte que recibía el nombre de decimosexto Ejército.

Y allí empezó lo peor. En aquella época del año y en aquella zona, como diría mi madre, por las tardes refresca... hasta el punto de que los voluntarios españoles, muchos de ellos procedentes de Sevilla y Valencia – las dos ciudades donde más y mejor se respondió al llamamiento – tuvieron que lidiar no solo con miles y miles de hijos de la madre Rusia que al fin y al cabo estaban defendiendo su patria sino con temperaturas de hasta treinta grados bajo cero y sensaciones térmicas aún peores. Con escaso apoyo de artillería, con la cadena logística alemana al límite y cubriendo un frente muy superior al de las propias posibilidades, no obstante se manejaron bien, hasta el punto de que se ganaron una muy buena reputación entre los mandos alemanes que decidieron que la División Azul podía manejarse sola perfectamente... Pues eso, manejarse sola, les costó 4.954 muertos y unos 10.000 heridos y fueron necesarios más de 45.000 reemplazos para que la fuerza combativa de la unidad no menguara hasta lo insostenible. De este número, más de mil fueron consecuencia de un furibundo ataque que los soviéticos lanzaron en una zona de arrabales que rodeaba la ciudad de leningrado conocida como Krasny Bor y que los españoles detuvieron milagrosa y desesperadamente, a culatazos en medio de un metro de nieve...

Mientras tanto, en España, a Franco le sonaba el teléfono día sí día también con variadas presiones del bando aliado para que abandonara una causa que tenía, cada vez más, muy mala pinta. Tras unas duras negociaciones la División fue repatriada a partir de octubre de 1943. Mucho más tarde, el 2 de abril de 1954, el buque Semíramis, fletado por la Cruz Roja, repatrió a los últimos 286 Divisionarios, procedentes de los campos de prisioneros Soviéticos. Así se les pagó su odio hacia todo lo que sonara a ruso... Mientras que la media de internamiento de los aliados del Eje fue de entre cuatro y cinco años, a los divisionarios se les “obsequió” con doce... como a los mismos alemanes.
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LAS CLAVES
  • Curiosamente, Barcelona respondió muy bien al llamamiento y, según el embajador alemán en España, solo en la Ciudad Condal podía haberse completado la plantilla de la División.
  • En el entrenamiento llevado a cabo en Alemania, los españoles echaron en falta sobre todo la variada - dentro de las penalidades - dieta mediterránea. De hecho, los dos únicos conatos de motín fueron por la comida.
  • Los divisionarios se revelaron - vaya usted a saber porqué... - como estupendos esquiadores. De hecho, los mejores y más arriesgados movimientos de flanqueo al enemigo los realizaron compañías de esquiadores, en ocasiones por encima de lagos helados.
  • El Alto mando alemán no confiaba en la habilidad española para pasar a la ofensiva pero por el contrario, valoraba muchísimo su habilidad en la guerra de trinchera y su capacidad de aguantar penosamente bombardeos de artillería y asaltos masivos de infantería. Al parecer, los alemanes se sentían confiados cuando era un pelotón español el que compartía emplazamiento con ellos y a los rusos les sacaba de quicio el gusto de los nuestros por tocar acordeones y otros instrumentos musicales, en ocasiones, entre ofensiva y ofensiva.
  • El general que dirigía la artillería alemana en la zona de Leningrado, un tal Jürgens, proclamó... "Si en frente os encontráis a un solados mal afeitado, sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado, cuadraos ante él, es un héroe, un español..."

En las librerías:

http://www.casadellibro.com/libro-la-division-azul-sangre-espanola-en-rusia-1941-1945/2900001014777

12 comentarios:

Turulato dijo...

Con su venia...
Por aportar algo. El entonces capitán de navío don Luis Carrero Blanco realizó en 1940 un informe sobre la posible evolución geoestratégica de la 2ª Guerra Mundial, en el que tras un exhaustivo análisis concluía que Alemania perdería la contienda..
No gustó en el ambiente germanófilo español del Poder, pues afirmar aquello cuando lo hizo era ir contra corriente y la realidad del momento.
Pero se ganó el respeto del "Coronel del Regimiento España", tanto por lo fundado de las conclusiones como por utilizar criterios técnicos y no políticos, lo que pudo agradar a alguien que "no se metía en política".

España estaba agotada. De mala leche no, que de eso sus gentes siempre andan sobradas, pero si de todo lo demás. Tenía unas fuerzas armadas totalmente "fogueadas" en cuanto al Factor Hombre, pero nada más. Participar era un suicidio.

Alemania necesitaba cerrar el paso del Mediterráneo al Atlántico: Gibraltar. Hubiese controlado el norte de África y protegido el "vientre" europeo.
Por mar, inviable; bastante tenía con el Atlántico Norte y su flota "atrapada" en las salidas del Canal y hacia el Mar del Norte -Skagerrat y Kattegat-.
La única posibilidad era terrestre: Penetrar en fuerza en la Península Ibérica, para controlar desde ella el Estrecho de Gibraltar y, de paso, proyectar sus bases navales a la costa gallega -Vigo-, lo que hubiese hecho insostenible la posición de Portugal.

Los Aliados, que también "tenían" lo suyo, presionaban para impedirlo. Les favorecía el agotamiento español; les bastaba que España no interviniese. Pero la presión germana fue intensa. ¿Cómo salir de la pinza...?.

No afirmo que la División Azul fue la respuesta. Demasiado simple. Tampoco Alemania lo tenía fácil..
Basta imaginar el descomunal despliegue táctico y logístico necesario, y las vulnerabilidades subsiguientes, así como la merma de unidades necesarias en el Frente Oriental -petróleo-.

Pero si es cierto que, a veces, una simple aspirina evita males mayores....

Luis Caboblanco dijo...

Su opinión no necesita venia alguna Turu. Suicida sería no tenerla en cuenta.

He leído ultimamente algo sobre el tema. Y al parecer y aquí convendrá usted, algo había que darle a Hitler en pago del esfuerzo alemán en la guerra más allá de unas miles de toneladas de Wolframio (que por cierto, extraían de mi pueblo, en Cáceres) Y ahí si que creo que la División por decir algo, ayudó.

En cuanto a capacidad de combate, me gustaría profundizar. Fogueados estaban puesto que la guerra estaba recien acabada pero si que es cierto que el soldados español funcionó, el frente oriental, mejor que el italiano, el rumano o el húngaro. Y me gustaría saber su opinión... ¿Por qué?

Unknown dijo...

Estupenda entrada y estupendos comentarios, que complementan muy bien el texto. Realmente se ofrece una idea bastante exacta de la situación estratégica del momento. Gracias a los dos.

Turulato dijo...

Buenas noches. Y felices Fiestas a todos. (Antes de responder.. ¿Don Luis tiene usted muchas más fotos?)

Creo entender que me preguntas por el resultado que los soldados españoles ofrecieron como combatientes, teniendo a la vista el que dieron los de otros países...

Respondo "a vuela pluma", sin intención de agotar el asunto ni profundizar.
En principio, en el artículo se apunta algo muy importante: los sentimientos generados por la Guerra Civil estaban a flor de piel y, a los hijos de Stalin se les tenía por la misma reencarnación del diablo. Por otro lado, entre nosotros estaba muy presente ese ascendente combativo que según los historiadores nos adorna desde que el mundo es mundo y, por último, en el penoso estado en que quedó la economía patria tras la contienda, matar comunistas no dejaba de ser, casi, una salida laboral.

En cualquier "Estudio de Factores", preparatorio de una Orden de Operaciones, el Factor Hombre adquiere primacía. Quien pretenda anteponerle el de Armamento, Terreno, Medios o el santo advenimiento, va servido.
Recordemos, a modo de ejemplo, el descalabro de las Fuerzas Armadas iraníes durante la etapa final del régimen del Sha; bien dotadas, pero carentes de moral militar (término específico; no confundir con el filosófico-religioso), se hundieron.

Luego, en combate -como todo en la vida- la mentalización (voluntad de vencer)es esencial. Poco puede hacer quien está desmotivado.

El soldado español lo estaba. Bien por ideales, bien por necesidad. No caigamos en el infantilismo propagandístico de creer que los Nacionales carecían de ideales, ya que estos eran patrimonio de los Republicanos.
A Rusia fueron muchos españoles convencidos de que iban a luchar contra el Mal, personificado en el Estado Soviético, origen de los sufrimientos que había costado la vida a muchos de sus familiares, amigos y paisanos.
Y además, sin salida, con hambre, con todo o parte de su pequeño mundo perdido..
(Fijaros en alguno de los actuales emigrantes del Este.. ¿Qué les queda?. Contemplad su mirada.. No os enfrentéis a ellos..).

Pero añadid a eso que ya tenían una amplia experiencia de combate, tanto los cuadros de mando como la tropa. Meses de guerra moderna, que la Civil española fue todo un laboratorio. Y no encuadrados en Pequeñas Unidades sino en Cuerpos de Ejército. Carne uña negra (eso que los sine nobilitate denominan pata...).

Ningún otro país pudo ofrecer soldados así en aquel momento.

(Por cierto. Los soldados no somos efectivos. Eso puede serlo el dinero. Solo algún periodista babión puede escribir que ha caído un efectivo en Afaganistán..)

Anónimo dijo...

Buenas, nunca me habia animado a escribir, aun que sigo el blog con mucha asiduidad desde hace mucho tiempo. Sobre la división azul decir que (si no me equivoco)una pequeña parte nunca volvió a España. Me explico, he leído por hay que un pequeño numero de soldados lucho en el mismo Berlín, en los últimos momentos de la guerra. No en la ya extinta división azul, sino en la legión azul, no estoy seguro de ello pero algo había leído de Miguel Ezquerra (un oficial de esta legión) que sirvió al Fuhrer hasta el ultimo momento. Sobre libros yo encontré uno en la ultima estantería de una librería se titula ‘la división azul en línea’ escrito por Díaz de Villegas (un general de estado mayor que sirvió en la D.250), no es muy imparcial como os imaginareis pero relata algunos episodios curiosos y la crudeza del combate. Un saludo y haber si vosotros sabéis algo mas sobre estos ‘olvidados’ de la división.

Juan Antonio del Pino dijo...

INteresante artículo.
Anotar que en el listado de combatientes de la División no todos eran estrictamente afectos al Régimen. Si no me equivoco, netre otros figuraba Berlanga, el director de cine. Seguro que hay más de otra sorpresa.
Coincido en que fue una medida un tanto propagandistica (no estamos en guerra pero los alemanes son amigos y a los rusos se la tenemos jurada así que todo el que quiera que se apunte...)tanto hacia el exterior como mirando de puertas para adentro.
Creo recordar que una vez que la División volvió a españa los que quisieron pudieron seguir en un batallón especial, afecto a las SS.
saludos
Feliz Navidad

Luis Caboblanco dijo...

¡Que salao eres Turu! Si te digo porque estoy cambiando las fotos últimamente, te caes de culo...

Al tema; ciertamente hubo voluntarios que, una vez disuelta la División Azul, formaron en los cuadros de las SS en diversas unidades pero adscritos a una División de infantería alemana ¿la 121º? Se les conocía como Legión Azul pero fueron igualmente repatriados en 1944.

La presencia de Miguel Ezquerra en la defensa de Berlín es al parecer cierta, pero debo reconocer que no he conseguido mucha información. Si me hago con algo interesante colgaré en enlace.

Coincido con las opiniones acerca de la contribución española y la actuación y el momento concreto que vivían los soldados españoles. Hace años, cuando me interesé por este tema por primera vez, pense que no dejaba de ser una mala imitación de chovinismo francés pero son tantas las referencias y testimonios de ambos bandos documentados que no queda más que creer. La actuación global de la unidad debió ser superlativa.

Saludos.

Lunarroja dijo...

Como mi comentario nunca superaría las discusiones que Vds. se traen entre manos (de las que eso sí, me encanta aprender), permítame que, como Turulato, aborde el tema fotográfico.
Y visto su último comentario, Sr. Caboblanco, mi curiosidad ha subido cien enteros.

Sin ánimos de que el trasero del Sr. Turulato acabe en el suelo, ¿podríamos saber esa causa tan sorprendente?

Juan Antonio del Pino dijo...

Ya puestos, podías comentar la contribución de otros españoles en la II Guerra Mundial, de aquelos que entraron primeros en París o incluso de aquellos otros que también lucharon en el frente oriental, pero al lado de los soviéticos. Lo cierto es que no deja de ser paradójico que en una contienda en la que se nos suponía neutrales, había de los nuestros en todas partes y en todos los bandos...

Turulato dijo...

jp:
..cierto es que no deja de ser paradójico que en una contienda en la que se nos suponía neutrales, había de los nuestros en todas partes y en todos los bandos...

Acertadísima opinión, que merece un buen análisis. Porque no se trata ya de la 2ª Guerra Mundial sino de cualquier lugar y opción.

Si fuesen solo ejemplos sueltos, sería normal, como la presencia de gentes de otros países. Muestra normal y sana de individualismo.
Pero aquí no solo nos dividimos, sino que nos asociamos para dividirnos. Curioso, por un lado; tétrico por otro.

Anónimo dijo...

Lo de que respondieran bien al reclutamiento sitios como Barcelona o Valencia no tiene nada de extraño, ya que por lo visto a mucha gente, sobretodo familiares de "rojos" o se alistavan o los veian como sospechosos de ser "rojos", con todo lo que representava en esa epoca.

Luis Caboblanco dijo...

Hombre... A ver: una cosa es la posibilidad de tachado de rojo, con todo lo que ello conllevaba en aquella época y en según que sitios y otra irse a 4.000 kilómetros de distancia a pasar frío, ponerse una esvástica y luchar, precisamente, contra los rojos.

La historia del éxito en el reclutamiento de Barcelona no puede explicarse únicamente de esa manera. Más bien yo creo que se utilizaron muy bien el marketing y la propaganda; la mayoría de los periódicos de la época cumplieron la misión que se les encomendó, con todo tipo de editoriales y artículos patrioteros. Por otra parte el paro era altísimo en la Ciudad Condal y la División no dejaba de ser una salida económica. Yo sigo pensando que, en estas circunstancias, el estómago manda más que la cabeza...

Por otro lado, el entusiasmo por el reclutamiento disminuyó a partir de finales de 1942 y al año siguiente, de hecho, tuvieron que efectuarse levas para completar los cuadros.

Si estoy de acuerdo en que, posibilemente hubo tantas formas de entender la unidad como divisionarios. Aparte del nucleo falangista fueron militares, republicanos, monárquicos, requetés... De hecho, cuando la disolución de la unidad parecía cercana, unos cien hombres desertaron y se pasaron a los rojos pero Stalin desconfió y les mandó a un campo de concentración.