sábado, 15 de octubre de 2005

Unas delicatessen...o eso creo

La gente que ha leído poco o nada acerca de la Roma antigua, que es la mayoría, es capaz al menos de enumerar alguna de las ciudades que en aquella época, se podían considerar principales; Cartagena, la antigua Cartago nova es probable que sea una de ellas. Dicha población, que ya gozaba de un importante estatus cuando pertenecía al Imperio Cartaginés, no solo no vio menguada su posición cuando los romanos se hicieron con las llaves del cortijo, sino que al contrario, aumentó su poder hasta tal punto que, además de convertirse en uno de los puertos más importantes de la parte occidental del mundo romano, llego a ser la capital de una provincia a la que incluso prestó su nombre: la carthaginensis, que abarcaba junto a las actuales provincias de Murcia y Alicante, todo el sur de Castilla la Mancha y parte de Almería.

Como en la actualidad, semejante desarrollo solo pudo venir de la mano del comercio y Cartago Nova lo tenía todo para convertirse en referencia comercial para todo el Imperio: un clima extraordinariamente benigno, un puerto grande y bien equipado, una mar calmada… además, estaba cerca de las provincias africanas y no demasiado lejos de Roma. Pero, sin duda, el motivo principal de su auge es que, en sus cercanías, se podían encontrar los tres bienes susceptibles de ser objeto de transacción, más prohibitivos, por su precio, de todo el mundo romano ¿Qué cuales son?... no se si me vais a creer…

el Garum, el murex y el orín humano… (esto último no es una coña marinera…)

El Garum era la salsa más famosa de la antigüedad. Se elaboraba con vísceras de pescados como el atún, la caballa y el esturión, que se ponían en salmuera y se dejaban secar al sol durante dos o tres meses; el resultado se trituraba y, mezclado con fuertes especias, se dejaba macerar durante otro tanto. En Roma, no había comensal que no lo solicitara en sus platos… ni nariz que no lo sufriese, pues su olor era auténticamente insoportable. Una de sus variedades, el Garum Sociorum o “Garum de los amigos” era fabricado en Cartago nova, y un litro del mismo, se cotizaba a 180 piezas de plata. A pesar de los intentos de los emperadores de regular su consumo y precio, lo cierto es que los cambios en la cantidad almacenada de Garum, influían en la cotización de la moneda imperial; en fin, que no creo que estuviese en la bolsa de productos en base a los que se calcula el IPC

El murex es un molusco, a medio camino entre la almeja y el mejillón, que se encuentra en las zonas costeras de todo el mediterráneo. Su carne se consideraba dura e insípida pero tenía una singular cualidad, su caracola generaba, una vez triturada, un polvo que tintaba los tejidos con un hermosísimo color púrpura. Si a esto le añadimos que dicho color se relacionaba con la nobleza por su alto coste y que, prácticamente, no había modo alternativo de obtener ese tono, se entiende porqué una libra costaba 1000 denarios, es decir, el sueldo anual de un legionario… pero ¡atención! las costas cartageneras gozaban de la presencia del Murex conchylium, un pariente lejano del anterior que, además de ser escaso, servía para obtener un tintado aún más “chic” y duradero… ¿la consecuencia?... los almacenes de ánforas con este murex, estaban vigilados por guardias armados con orden de no andarse con contemplaciones.

Y, por último, los orines; Entre los romanos y, con el cepillo de dientes solo en el plano, el ritual de limpieza bucal era “pelín” distinto al actual. En primer lugar, se ponía uno manos a la obra con un palillo o un hueso de pollo, hasta dejar los espacios entre los dientes sin inquilinos indeseados. Después, se solía frotar el esmalte dental con una especie de pasta hecha a base de vinagre, miel y sal. Sin embargo, entre las clases pudientes, se puso de moda enjuagarse la boca con orín humano, ya que se aseguraba que no había mejor remedio contra las caries. Esta práctica adquirió tintes fetichistas cuando se empezó a solicitar orín de esclavo… y como Cartagena era un centro esclavista importante, ¡pues no faltaban verdines de todas las partes del mundo!

Estaban locos estos romanos...

20 comentarios:

diego dijo...

Me acerqué ya el otro día a devolver una visita y ¿qué me encuentro? Pues a mí mismo devorando una entrada tras otra, un mes tras otro, disfrutando con la demostración enciclopédica de conocimientos sobre el mundo clásico, descubriendo cosas que desconocía... en fin, un placer. De aquí ya no hay quien me mueva. Gracias.

Luis Caboblanco dijo...

Eres muy bienvenido. Pero no rechazes un buen libro.. yo solo soy un "trovador" de la historia..

Turulato dijo...

Te he cambiado "el nombre"; me ha gustado eso de "Cabo Crack" que he leido en los comentarios del artículo anterior.
¿He oido hablar de comida?. La pasión de mi vida...
O sea que el "Garum" partía de las vísceras...
Pues no te digo como se cocina la salsa que acompaña una becada -chocha, sorda, pitorra-. Deliciosa, especiálmente cuando te dejan untar.
Y en mi pueblo, y en otros muchos, hay "cámbaros" y los más grandes se llaman "cerberos". "Cocidicos" se ponen "coloraos"; "aluego" se les abre el caparazón y se sorbe -a lametón puro- "el juguico marrón". Puro sabor a mar.. Y no podía ser menos, pues como son carroñeros, comen todo lo que queda "patidifuso" en el fondo.
¿Y que me dices de las "bolicas" grises, tirando a oscuras, que le sacan "por aquel sitio" al pez ese tan feo?. Frescas, cucharica a cucharica,..
Quizás no nos debería asombrar tanto lo que comen otros..
(Sí te dan a probar una araña, gorda y peluda,..¡Sin miedo!. Bien asada es riquísima.)
¿Y los colorantes?. Esas tonalidades carmín, logradas escaldando cochinillas y que son, quizás, el mejor colorante natural..
¿Y el azul de lapislázuli?. ¡Un color que exige pulverizar una gema!.
El orín.. ¡Cuantos pies ha salvado!. Esas botas, rígidas y duras como pedernales, que acostumbran a usar todos los ejércitos..
Olvídese de figurines, de uniformados de opereta -como el fulano ese, que dicen que se casa mañana disfrazado de domador de circo, el tal Cayetano-..
Cuando poner la vida a salvo depende de unos pies dentro de unas botas.. Sencillo. Metánse las botas en una lata de orines hasta que se empapen bien; déjense secar y verán ustedes lo que es calzado flexible.
Como siempre amigo mío, después de leer tus excelentes artículos, llego a la misma conclusión: ¡Qué poco ha cambiado el mundo!.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Las costumbres de las culturas antiguas son muy peculiares y algunas resultan poco recomendables en estas épocas.

Sin duda es un recorrido interesante por la Roma antigua, que yo disfruto mucho, desde que he entrado a tu espacio...

Un biko de domingo. :)

Anónimo dijo...

Bien, pues todo eso estará muy bueno, pero me vais a permitir que ayune, parece que no me apetece ni el garum, ni el murex, ni la araña gorda y peluda y así además me podré "privar" de la maravillosa limpieza de la dentadura con enjuagues de orina.
Pero para no ser tan negativa, si algún día tuviera que ponerme unas botas militares (para echar a correr hacia mucho más atrás que la última fila en una batalla) tal vez pruebe lo de meterlas en orines.
Te felicito por tu forma de rebajar la tensión, con un tema que además es muy interesante.
Un abrazo

Briseida dijo...

no sé, no sé... vengo de leer a Leodegundia y hoy tiene un menú mucho más... ¿cómo diría? ... atrayente...
Aunque, eso sí, para los que aún tenían "el cepillo de dientes solo en el plano" jajajajaj iba a ser pelín molesto.

Besos, Cabo!

Anónimo dijo...

Locos no sé, pero, raros, raros, raros si que eran.
LO del orín no hay por donde cogerlo.

Espero que tengas una semana mejor esta que está por abrir. A mi tambien me alegra el día visitar esta tu Blog.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Interesantisimo como todos, pero creo que lo del "orin" me ha extrañado menos de lo que deberia. Hace unos 50 años en esta España nuestra a la orina humana aun se le atribuian propiedades como la de ser un magnifico remedio contra los chichones y heridas infantiles.

Anónimo dijo...

Cada cultura tiene sus propios gustos y si a eso le añadimos el paso del tiempo, la evolución, pues las diferencias pueden ser notables. Los judíos no comen mariscos porque les parecen insectos de mar...Algunos, sin embargo, se saltan a la torera esta norma.

Diga, diga, Caboblanco ¿en qué lo puedo ayudar? Besitos

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos... ¿sabeís otra cosa?... el paté también es un invento romano. Suetonio hacía comer a sus ocas pulpa de higo para que les engordara el higado y propiciar la formación del manjar...

Anónimo dijo...

Interesantísimo, como siempre, pero... puagh! ;-)

Anónimo dijo...

Hola Caboblanco, el orín aparte de limpieza bucal sirve para otra cosa mas al menos, mezclado con barro es un perfecto antídoto contra las picaduras de insectos especialmente abejas y avispas.....
Como he leido por aki arriba prefiero el menu de Leodegundia pero en catalunya tenemos un plato que se llama "bull de tonyina" ( estomago de atún) que no dejeis de probarlo si alguna vez venis por aqui .....
mejor que los callos¡¡¡¡¡ prometido.... si no os gusta os dejo que me deis un par de collejones.....
aparte de una tortillita de raspas de sardinita... no es coña marinera no¡¡¡¡
mucha hambre se pasaba en la posguerra....
y... ahora no se me ocurre nada mas¡¡¡¡
asi que un besazo y espero tu próximo blog con impaciencia
Nairoa.

Anónimo dijo...

¡Pues sí que estaban locos estos romanos! Pero yo ya me estoy aficionando a ellos.
De los orines es verdad que yo siempre había oido lo que se ha comentado aquí: lo de las botas y lo de las heridas.

¡Me encanta el color púrpura! pero la verdad es que lo del valor me parece una pijada... Parece ser que ni siquiera hemos cambiado en esnobismo. Claro, a menos cantidad mayor precio, lo de la oferta y la demanda.
Un placer leerte.
Un abrazo

Anónimo dijo...

El color púrpura es uno de mis colores preferidos, con la salsa de pescado no creo yo que aderezara
ningún alimento solo leer el mal olor que desprendía ya puagggg.
Y por último había escuchado que el orin sirvía para sanar las heridas y que antiguamente se utilizaba para su cicatrización,
pero de hay a meterselo en la boca para la caries. Ufff¡ estomagos a prueva de bomba por que puaggggg solo de leerlo me he puesto mala.
Jaja un besito y sigue informandonos de nuestro pasado, me encanta.

Anónimo dijo...

Tengo que leerte mas Caboblanco. Cada vez que lo hago descubro algo interesante. Realmente no somos muy diferentes y cotizamos los alimentos por su escasez y no por su gusto.
Respecto a los orines, me sorprende saber que tuvieran una higiene dental, aunque fuera tan poco agradable.

Lunarroja dijo...

Sorprendente y muy gráfico, como siempre.
No sé por qué, leyéndote me he acordado de la ciudad de Dougga, en Túnez... otra maravilla romana. Me gustaría que algún día hablaras de ella...

Verso dijo...

Gracias por ilustrarme, reconozco que hace años no leo nada de historia :-(, debo ponerme las pilas, suerte que hay blogs que hacen ameno el repaso.
Un beso agradecido.

Anónimo dijo...

Si daban valor estratosferico a cosas sin valor, pero vaya que me gusta este blog es muy historico, y me gusta conocer cada día un poco mas de todo el mundo.

Gracias

un abrazo

Raúl dijo...

Pues no más que los japoneses, creo yo...
De verdad que uno aprende contigo. Estoy muy conmovido con lo que cuentas de los japoneses. Lo más cercano que conocía, era por la película de Steven Spielberg "El imperio del Sol". Sí sabía, que los chinos, y muy especialmente sus mujeres, sufrieron mucho en esa horrible guerra.
Sobre los romanos, que decir, son tan encantadores como dementes. Alguien me dijo (no se si con razón) que tenía que ver con el plomo del que estaban hechos sus acueductos. Alguien me dijo que estas almejas de las que hablas, le dieron identidad al pueblo fenicio, que a la postre, terminaría fundando Cartago. Creo que la palabra "púnico" (famosa por las guerras púnicas de los griegos contra los fenicios) deriva de esa almeja...
En fin, es mi pequeño aporte a todos los interesantes datos que nos das.
Saludos desde Colombia,

Raúl dijo...

Corrección guerras Púnicas: Roma contra Cartago!

Ayyyyy!