martes, 27 de diciembre de 2005

Los trece de la fama

Los trece del gallo
Apoyados contra las palmeras que se asomaban al mar en la inhóspita Isla de Gallo, si a alguno de esos hombres aún no le habían abandonado las fuerzas, puede que estuviese reflexionando, en silencio, sobre el incierto futuro que le aguardaba… y es que, hasta ese momento, apenas habían encontrado más que dificultades.

…Llevaban largos años formando parte de las sucesivas expediciones que comandaron toda suerte de hidalgos castellanos en tierras del Nuevo Mundo; largos años de hambre, penurias, horribles emboscadas, traiciones… quizás demasiados a la luz del escaso oro que guardaban en sus bolsas aquellos que habían conseguido seguir con vida. Y los pobres que sobrevivían, apenas podían aguantar unas pocas semanas de inactividad antes de volver a agarrar morrión, espada y petate, y dirigirse hacía los muelles para embarcar en alguno de los destartalados buques que se preparaban a toda prisa para zarpar en pos de fama y riquezas.

Aquella expedición nació como nacen todas en aquellas tierras: de un rumor; cierto día apareció en uno de los puertos de Panamá un hombre con pinta zarrapastrosa, barba de varios meses y aspecto atolondrado… pero con una bolsa repleta de oro que utilizó para convidar en las tabernas de la ciudad a todo aquel que le quisiera escuchar. A decir verdad, concurrencia no le faltaba, ya que todas sus conversaciones giraban en torno al mismo asunto: una extraordinariamente rica región llamada Birú, que nuestro protagonista había conseguido alcanzar a las órdenes de un tal Pascual de Andagoya. Al parecer, la algarada había reportado cuantiosos beneficios a todos sus componentes y, contrariamente a lo que venía siendo habitual, los indios se habían mostrado bastante amistosos, con lo que la expedición terminó sin tener que lamentar bajas. La que formó aquel rapsoda del vino debió ser de órdago, porque a los pocos días todos los hombres notables de Panamá andaban malvendiendo sus bienes por aquello que les quisieran dar, con la intención de equiparse bien y zarpar lo antes posible; el descubrimiento de nuevas tierras era un peligroso deporte en el que, además, no había ningún premio preparado para el que quedase en segundo puesto…

De todas maneras, la magnitud de la empresa solo la hacía apta para las economías más saneadas, así que muy pronto la terna de candidatos se redujo a Diego de Almagro y Gaspar de Espinosa, que acabaron aliándose para compartir los riegos y las venturas del negocio; y como no estaban muy seguros de sus capacidades militares, buscaron a un soldado de confianza, veterano de enfrentamientos contra los indios y con el suficiente poco dinero para no hacer sombra a los primeros espadas... y el elegido fue un tal Francisco Pizarro.

Los expedicionarios realizaron tres viajes antes de pasar a la conquista definitiva. El primero se realizó a finales de 1524 y en él, se exploraron las costas occidentales de la actual Colombia. La aventura fue un pequeño fracaso en lo económico, y además Almagro perdió un ojo por culpa de un flechazo recibido en un encuentro con los nativos. La segunda expedición apenas aportó algo más, y encima Almagro y Pizarro a punto estuvieron de batirse en duelo cuando el segundo salió en defensa de sus soldados, a los que Almagro había insultado, tildándoles de “gallinas”. En esta segunda intentona, el hambre y las enfermedades diezmaron a la escasa tropa, y Almagro tuvo que regresar a Panamá en buscar de provisiones, ya que los hombres ya habían cocinado las últimas ratas capturadas en las bodegas de los buques… Una vez en Panamá, el gobernador, harto de tantos sinsabores, se negó a prestarles ayuda, e incluso envió tropas a la isla del Gallo – que es donde a la sazón Pizarro estaba esperando la ayuda – con la intención de convencerlos para traerlos de vuelta… por las buenas o por las malas.

Pizarro, que a pesar de tanto reveses aún no se había desesperado, no estaba dispuesto a consentir que nadie acabara con esta aventura y, tras trazar una línea en el suelo de la playa con la ayuda de su espada, de oriente a occidente, pidió a sus hombres que se pronunciaran, lanzándoles un reto:

"Amigos, allí está el Sur. Por ahí se va hacia una tierra pendiente de descubrir que promete honra y riqueza… hacia la muerte y hacia la gloria. Por este otro lado, hacia la pobreza y la molicie… ¡Que el buen castellano escoja lo mejor! ¡El que tenga corazón, que me siga!"

Hubo unos interminables instantes de duda. Nadie se atrevía a traspasar esa raya que tanto significaba. Pero finalmente, unos pocos superaron el miedo y continuaron con aquella empresa que verdaderamente era una locura. Sólo trece hombres le siguieron, y juntos huyeron de las tropas del gobernador hasta llegar en una frágil balsa a la isla de Gorgona. Allí les recogió Almagro, que también había desobedecido las órdenes del Gobernador y, juntos, continuaron hasta Guayaquil y la bahía de Tumbez. Durante este viaje acumularon riquezas, se llevaron a un indio como interprete al que llamaron Felipillo y recibieron, complacidos, noticias sobre la guerra fraticida que dividía el Imperio Inca entre Huascar y Atahualpa. La conquista del Perú estaba en marcha…

Finalizaría casi seis años después.

PD: Como he dicho, no fue hasta 1533 cuando Pizarro conquistó Cuzco. Se trata de años apasionantes, tremendamente difíciles de resumir en un post; así que he pensado que las inquietudes que nos puedan surgir sobre Francisco y su aventura, podemos tratarlas en los comentarios. Aún así, he intentado trasmitir la idea que creo, más identifica el espíritu conquistador: por un lado,el inmenso desequilibrio entre las intenciones con que comenzaron esta empresa, y la magnitud que acabaron teniendo sus logros; por otro, la desesperación y la necesidad que los espoleó en los momentos más difíciles. Vaya por delante que no pretendo entrar en las manidas disquisiciones sobre la bondad de la conquista ya que el proceso conquistador, siempre implica sufrimiento para, al menos, una de las partes; prefiero que cada cual se exprese y posicione como quiera. Yo, me conformo con garabatear unas líneas alrededor de algo indiscutible: se pudo hacer de otra manera… quizás mejor… pero fueron ellos los que lo hicieron.

Juan de Albarracín, Juan de Céspedes, Gómez del Corral, Antonio Díaz Cardozo, Pedro Fernández de Valenzuela, Martín Galeano, Juan del Junco, Antonio de Lebrija, Antón de Olalla, Hernán Pérez de Quesada, Juan de San Martín, Gonzalo Suárez Rendón y Hernán Venegas.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

amigo Caboblanco solo unas palabras, has orientado la conquista de Perú de una manera clara y realista, para que todos la conozcamos con frialdad, relatando los hechos claros y concisos.Pizarro una vez ejecutado el inca Atahualpa rey intruso y quiteño, la conquista del pais fue rápida,entró en Cuzco, reconoció como Inca a Manco CapacII le ciñó la mascaipacha, fundó Lima y recibió el título de Marqués de Atavillos que no quiso utilizar.
Taciturno, parco,decidido,dispuesto a dar ejemplo a los demás y siempre en el lugar de más peligro, su figura de conquistador, junto a la de Hernán Cortés, es la máxima gloria soldadesca de España en el Nuevo Mundo.

He hecho esta imsignificante introducción , porque no es necesarío añadir más a lo escrito por Caboblanco, no porque no haya información sino porque hay tanta , que nos ahorra buscar en otro sitio.
Al que le guste la novela le recomiendo que lea "El Dios de la lluvia llora sobre Méjico"cuyo autor es Laszlo Passuth. Has buscado un tema que se las trae , porlo extenso e interesante. Un abrazo Nina

Anónimo dijo...

El tema de hoy da para muchos comentarios pero como no dispongo de mucho tiempo en estos momentos, añadir a lo que contaste que en la llamada Capitulación de Toledo firmada por Isabel de Portugal, esposa de Carlos I y por Francisco Pizarro, se concede a los trece de la Isla del Gallo el título de Hidalgos.
Volveré, no te librarás tan facilmente de mí.
Un saludo

Anónimo dijo...

Hablas de Pizarro y Almagro, pero con ellos iba también un clérigo, Hernando de Luque y los tres formaron una compañía para conquistar nuevas tierras y como la empresa parecía pelín descabellada, en Panamá se les conocía como “la compañía de lunáticos” y debieron de estar juntos bastante tiempo pues en la Capitulación de Toledo que ya nombré en el comentario anterior, se nombra a Diego de Almagro alcalde de la fortaleza de Tumbes y a Hernando de Luque se le da la jefatura religiosa del mismo lugar, que si no recuerdo mal, pasa a llamarse Nueva Valencia.
Bueno, ahora me callaré un ratín para dejar “hablar” a los demás tertulianos, jeje, pero eso no quita que vuelva a entrar si no te molesta.
Saludos

Luis Caboblanco dijo...

Hola Leo ¡no puedes ser más bienvenida!. Después de ocupar Cuzco, Almagro derrotó a los soldados enviados por Pizarro en la Batalla de Abancay (12 de julio de 1537); Las negociaciones posteriores entre Francisco Pizarro y don Diego concluyeron en la entrega de Cuzco a Almagro, a cambio de la libertad de Hernando Pizarro, hermano del conquistador. Francisco no cumplió con su parte, rompió el acuerdo y con un ejército que había organizado durante ese tiempo, atacó a las fuerzas almagristas. Almagro, muy enfermo, fue derrotado en el campo de las Salinas el 6 de abril de 1538. Tomado prisionero, fue condenado al garrote y su cadáver fue llevado a la plaza pública donde se lo decapitó, el 8 de julio de 1538.

Pizarro era un soldado de primera clase, pero era absolutamente amoral, impulsivo y traidor. Diego de Almagro fue vengado por sus hijos, que atacaron y asesinaron al trujillano cuando este rondaba los 50 años. Se dice que en la hora de su muerte, Francisco, malherido, pidió cuartel a sus atacantes;esbozó una cruz con su propia sangre, la besó y murió. En Pizarro se da una circunstancia curiosa: es uno de los pocos conquistadores que cuenta con una estatua en el territorio que conquistó (a pesar de lo bicho que era). Además un museo español afirma guardar una curiosa reliquia relacionada con su muerte...

Anónimo dijo...

Me gustaría romper una lanza por aquellos colonizadores que actuaron como tales ya que, la conquista de América no sólo llevó consigo ríos de sangre y desdichas, sino también una colonización y una amplia integración que tuvo valedores como Fray Luis de las Casas o Montesinos. Está de moda arremeter contra aquellos españoles que cruzaron el océano llegando a ultramar y a la fuerza tomaron posiciones en el Nuevo Mundo pero, creo no equivocarme al decir que hubo entonces una mixtura mucho mayor y tal vez nunca repetida entre «conquistadores» y «conquistados». Quien ésto lo interprete como simple chauvinismo no obtendrá el sentido real de la colonización americana puesto que los «libertadores» posteriores de las naciones sudamericanas no fueron sino los nietos de aquellos que llegaron como indianos al maravilloso continente americano a golpe de estocada pero, no obstante, todavía quedan las lenguas nativas e identidades indígenas de esa estupenda tierra que supuso tanto un sustento como un quebradero de cabeza para España durante siglos.
Un saludo

Anónimo dijo...

Por cierto, ¿sabríais decirme de donde viene el nombre del continente Australiano?
Seguro que sí.
Maravillosos artículos Caboblanco. Que los dioses te sean propicios.

Anónimo dijo...

La verdad, yo paso, leo, recuerdo o aprendo, y sigo guardando silencio, pero hoy quiero hablar para darte las gracias, y para desearte un feliz año 2006, lleno de sabiduría y amor, y que ambas cosas las sigas compartiendo con nosotros. A cambio te dejo un fuerte beso

Anónimo dijo...

Me gusta esa manera de narrar, sin entrar en las cuestiones de bondad o maldad de la conquista.
El tema es muy amplio, como muy bien indicas, y es uno de los episodios más interesantes de la conquista.
La conquista supuso actos valerosos, de todas las partes; muchos de ellos provocados por la codicia. También, como Aticca comenta, actos nobles.
La mezcla si se mira desde un punto de vista de consentimiento mutuo, puede ser algo positivo (algunas parejas existieron). Pero si hay una relación de poder, violaciones, humillaciones (sufridas en su mayoría por mujeres indígenas), entonces hablamos de un mito, de una visión parcial, de un querer mitigar la violencia. Si la historia se comió la visión indígena, aún más lo hizo con la visión indígena femenina.
¿Se podía haber hecho de otra manera? Seguramente, pero no hubiese tenido el mismo resultado. Fueron ellos los que lo hicieron y nosotras quien lo recordamos, estudiamos, leemos... eran tiempos y lugares distintos a lo que vivimos, por lo tanto no podemos saber como hubiésemos actuado en su lugar.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la manera de enfocar parte de la colonización de las Américas. Estuve una temporada en Venezuela y no se te ocurriera tocar el tema de los conquistadores, ya que para la gran mayoría (no todos pensaban igual) éramos lo peorcito que había en España por aquella época, que solo deseábamos el saqueo y las riquezas que allí existían, amén de otras barbaridades. En cierta ocasión viajando desde Mérida hasta S. Cristobal en la pared de una casa aislada y aparentemente abandonada próxima a la carretera había una enorme pintada en rojo que rezaba MUERTE A LOS ESPAÑOLES.
Saludos.

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos otra vez. Antes que nada, felicitaros por la oportunidad de vuestros comentarios. Da gusto “hablar” con vosotros.

Ática, tienes razón en que hay que distinguir “conquista” de “colonización”. El proceso conquistador acarreó sufrimiento, y no solo por los enfrentamientos o violencias consentidas que tuvieron que padecer los indios sudamericanos sino, por ejemplo, a causa de las enfermedades que los españoles llevamos – inconscientemente – para allá, como la viruela, y contra las que los naturales no estaban inmunizados. Pero el proceso colonizador tuvo mejor suerte que por ejemplo, el de Norteamérica, porque casi desde el principio se produjo un mestizaje que daría lugar, años más tarde, a la clase social criolla, muy crítica con la metrópoli y que fueron los primeros demandantes de mayores cuotas de autogobierno (eso sí, solo por causas de carácter económico).

En cuanto al origen de la palabra “Australia”, un famoso marino español, Pedro Fernández de Quirós hizo varias expediciones en busca de la “terra australis incógnita” que aparecía en varias leyendas sobre una tierra desconocida en el sur. En el tercer viaje descubrió una de las islas del archipiélago de las Nuevas Hébridas, a la que llamó Australia del Espíritu Santo, mezclando las palabras Austral, de la leyenda, y Austria, nombre de la casa reinante en España.

Marcalop, en todos los conflictos armados, sea de la época que sean, las mujeres son el colectivo que más sufre, y el objetivo principal de los agresores si estos quieren instaurar una política de terror. Y no hay que irse muy lejos en el tiempo. Cuando los rusos se disponían a entrar en Berlín en 1945, uno de los generales soviéticos habló con el alcalde de un suburbio alemán de la capital en estos términos “... y que sus mujeres tengan cuidado, porque los compatriotas que nos siguen son unos cerdos”. Al mismo tiempo, los comisarios políticos repartían entre las tropas una octavilla con las tres frases principales para “entenderse” con los alemanes; la tercera de ellas era Frau, überkommen, algo así como “mujer, ven aquí”. Hernán Cortés prohibió terminantemente tocar a las mujeres indias e incluso colgó a varios de sus hombres sentenciados por violación, pero solo se prohíbe lo que se generaliza...

Jubilado, creo que en Venezuela siempre ha habido un sentimiento anti – español bastante fuerte, al menos de boquilla. En cierto modo es normal, ya que se trata del país iberoamericano que más y mejor recuerda al libertador Simón Bolivar. Su figura está muy presente en todos los centros educativos y militares, incluso anteriormente a que CHAVEZ gobernara por esas latitudes.

Abrazos

Anónimo dijo...

Como tú bien dices, Pizarro no cumplió su parte del trato y esto hizo que comenzara una guerra entre los partidarios de ambos que continuó incluso después del asesinato de Pizarro. De lo que no tengo conocimiento es de esa reliquia que mencionas y que no figura en los libros que yo tengo, así que espero que me lo cuentes.
Lo que si se, es que había una cruz que Pizarro utilizó en la conquista de Tumbes, pero que yo sepa no está en España, la trajeron con motivo de un Congreso, pero luego fue devuelta.
En cuanto a lo de la estatua hay un dato curioso, se dice que fue originalmente hecha para representar a Hernán Cortés en México, pero fue rechazada y como todos los conquistadores se parecían bastante, con sus armaduras, casco y barbas, fue llevada a Lima y allí figuró como si fuera Pizarro.
Un saludo

Anónimo dijo...

Con la vista quemada por el sol
y desgarrada la piel como la ropa
después de apesadumbradas
decisiones
Allá a lo lejos...
tras la espesa niebla
el horizonte
tierras nobles
de riquezas y grandezas.
Un besito Cabloblanco.
Pd. Feliz Año
Es mi forma de comentar, ya que con los comentarios que te hacen yo me quedo en pañales.

Anónimo dijo...

Mi comentario iría en la línea del de Marcarlop, pero como ella ya lo ha expresado estupendamente, sólo añadiré que la historia está ahí y el tiempo pone a cada cosa en su lugar, y eso es lo que ha hecho con la conquista y colonización americana.Tú has explicado estupendamente unos hechos reales, y eso no podemos obviarlo.
Bicos.

Anónimo dijo...

Que más puedo decir, como sencilla aprendiz de tus escritos...que se antojan a relatos intensos y muestran la historia desde otra perspectiva más cercana. Nada más que añadir, sigo aprendiendo.

Biko y buen fin de año.

Anónimo dijo...

Cabo blanco...

Tus post son sumamente interesantes, aprendo mucho de ellos y de los comentarios. Eres como un buen libro de Historia, que digo, mucho más, pues nos das la oportunidad de preguntar ;)
GRACIAS...

FELIZ AÑO NUEVO, mis mejores deseos, maestro :)

;o)

Luis Caboblanco dijo...

Buenos días a todos.

Dianora, a mí también se me da un aire a “las lanzas” de Velázquez... y lo llamo así porque me gusta muchísimo más ese nombre.

Gracias Andrea por tus buenos deseos. La magnitud del continente Sudamérica es enorme, no solo pos sus distancias, sino por la variedad de ecosistemas, climas y culturas que los conquistadores se fueron encontrando a cada paso.

Leo, la “curiosa reliquia” es, ni más ni menos, que la camisola que presuntamente llevaba puesta Francisco Pizarro el día de su muerte. Si vais al Museo del ejército en Madrid – de momento – tendréis ocasión de ver un pequeño pedazo de la parte frontal, con una visible macha de sangre. Se le han hecho varias pruebas y análisis y, al parecer, por lo menos coincide la datación de la tela... primera mitad del siglo XVI. En cuanto a la estatua, es bien cierto lo que comentas. La estatua es producto de la habilidad del estadounidense Ramsey Mac Donald, quien ofreció a México este monumento en memoria a Hernán Cortés, encontrándose con la rotunda negativa de los mejicanos. Al morir el artista su viuda tomó la decisión de donarlo al Perú como monumento a Francisco Pizarro y en 1935 fue colocado en el atrio de la Catedral de Lima. De todas formas hay una copia prácticamente exacta en la patria chica del conquistador, Trujillo.

Dalirea, mil gracias por tus líneas.

Muralla, la conquista fue un proceso traumático pero, a la larga, culturalmente ha traído cosas más o menos buenas para las dos partes implicadas. Y ahora es cuando nuestro país debe hacer un esfuerzo para demostrar eso tan manido de que nos seguimos considerando hermanos, y abrirles la puerta a Europa, a la modernidad y al desarrollo.

...Y gracias a Corazón y Azul, por visitarme

Portobello dijo...

Me pareces la mejor novela histórica, entre tanta basura best-seller que está saliendo al mercado. Leer historia pura también puede ser muy entretenido y alecionador. La conquista me parece un tema harto interesante por lo que conlleva de aventura, valentía, luchas, y en si las dudas de estar haciendo lo correcto, que supongo en aquella época también tendrían. No hemos descubierto la ética en el siglo XXI precisamente! En todo caso si no lo hubieran hecho los castellanos habrían sido los inglese, holandese... Y a pesar del sufrimiento y la sangre derramada de las tribus indígenas ahora se intenta aprovechar ese intercambio para todos. Es lo único positivo que podemos sonsacar. Poco he leído sobre la conquista y es tiempo de ponerse. Gracias por tu información. Te deseo muchos lectores para el 2006

Anónimo dijo...

Graicas por compartir todo esto con nosotros...
Cuídate, Feliz Navidad!, besos y un big abra:
Alma;) (F)

Anónimo dijo...

Se ve que se te pasó comentar mi "comentario" y me gusta saber lo que piensas de lo que escribo. ¿Has leido "El dios de la lluvia llora sobre Méjico"? nina

Luis Caboblanco dijo...

Nina, se me pasó comentarte... ¡no te enfades conmigo!. En cuanto a tu cuestión, no he tenido la oportunidad de leer “El Dios de la lluvia llora sobre Méjico". Lo apuntaré en tareas pendientes porque el tema de la conquista también me atrae sobremanera. Sobre la conquista española yo recurriría a tres libros: la biografía de Hernán Cortés de Salvador de Madariaga, “Azteca” de Gary Jennings y “Corazón de piedra verde”, también de Salvador de Madariaga. Para avanzados, jubilados con tiempo y masocas de la historia en general, es imprescindible la "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España" de Bernal Díaz del Castillo, por la sinceridad que trasmite el texto y porque quien lo escribió, era un soldado que formaba parte de las tropas de Cortés...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Estoy contigo en que el libro "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España" de Bernal Díaz del Castillo es muy interesante.
Está bien que de vez en cuando nos recomiendes algún libro, en las librerías hay demasiados libros y sería imposible leerlos todos y así iremos a tiro fijo.
Un abrazo

Verso dijo...

Holas Cabo, gracias por tus buenos deseos, yo quiero lo mismo para tí.Te leo cada día, no comento nada pues la historia no es mi fuerte y lo hacen muy bien el resto de tus comentaristas, recuerda que os nombré primer triunvirato de la blogosfera.
Tienes un encanto especial para contar la historia.
Los post de piratas me fascinaron, adoro las historias de piratas.
Gracias por regalarnos tus conocimientos e investigaciones.Un beso.

Anónimo dijo...

Vaya no lo hubiera conocido de no ser a traves de Trini. Pero me gusta mucho, volvere.

*
Me parece haber leido por ahi que esa estatua de la que se hicieron dos ejemplares.Ya solo figura colocada en mi pueblo (y el suyo, claro) porque la de Peru anda por ahi y no saben donde colocarla como suele ocurrir con algunas otras algo mas modernas....



Pero no se seguro si es cierto.

De cualquier forma "Buena ficha el paisano".

Jorge Santana dijo...

exelente pagina, le quedo muy bien el poema a la srita reyna.

un saludo