miércoles, 7 de junio de 2006

La entrevista Franco - Hitler


Bajo y más bien grueso, de tez morena, ojos negros, vivos, el Caudillo español tomó asiento en el coche- salón de Hitler. En cuantos retratos circulaban de él, siempre se esforzaba en parecer más alto y más delgado. Inmediatamente los alemanes notaron que Franco, como negociador prudente y superviviente nato, no quería comprometerse a nada. Al principio, Hitler pintó la situación con los colores más brillantes: “Inglaterra está definitivamente batida…” o "Es cuestión de tiempo que las tropas alemanas desfilen por el centro de Londres..." y después de una interminable parrafada que duró cerca de una hora, resaltó las inmejorables perspectivas alemanas de alcanzar la victoria sobre Gran Bretaña con estas palabras: “Solamente falta que esté dispuesta confesarlo…”

Entonces cayó sobre la mesa la palabra Gibraltar. Hitler frunció el ceño, pero reaccionó rápidamente y propuso a Franco la firma inmediata de una alianza, invitándole a entrar en la guerra en enero de 1941. El día 10 de ese mismo mes, las tropas alemanas que tan sorprendentemente había asaltado la inexpugnable fortaleza holandesa de Eben Emael, conquistarían El Peñón en una operación relámpago. Al Furher se le llenaba la boca, magnificando los progresos del ejército alemán en la realización de ataques por sorpresa, y el aprovechamiento del ángulo muerto, así como los entrenamientos que ya realizaban paracaidistas germanos en una reproducción de la fortaleza de Gibraltar, sita en el sur de Francia. Se sentía triunfador, dominador… imparable. Por fin, sin muchos rodeos, Hitler ofreció a España Gibraltar, determinadas adiciones al protectorado español de Marruecos y, de una manera mucho más vaga, otros territorios coloniales del norte de África.

Franco, para variar, no dijo nada. Arrellanado sobre su butaca, su rostro impenetrable apenas permitía adivinar si esa proposición le sorprendía, si reflexionaba con calma sobre la situación, o si solo recordaba que se había dejado el gas del Palacio del Pardo abierto. En ese momento, Franco realizó la primera maniobra de diversión, análoga a la que dos años antes había perpetrado su colega italiano cuando estalló la guerra. Dijo que el abastecimiento de víveres en España era malo, que el país necesitaba trigo inmediatamente, al menos, dos millares de toneladas, y preguntó con voz calmada, casi despistada, si Alemania le podía abastecer. Sin tiempo para que Hitler encajara el golpe, Franco continuó despachando demandas como si de una carta a sus majestades los reyes se tratase: artillería pesada, camiones, antiaéreos, lanchas, aparatos de radio…y sobre todo le espetó, solemnemente, a su interlocutor alemán, que no aceptaba ninguna ayuda extranjera para la conquista de Gibraltar; El peñón debía ser recuperado únicamente por militares españoles. Y terminó poniendo la misma cara de persona que no está, esa que estilaría en los desfiles de la castellana, algunos años más tarde.

Paralelamente, Hitler se consumía. Se percibía claramente que el cariz que estaba tomando la conversación le ponía nervioso. Al alemán le molestó especialmente la “casual exactitud” de las peticiones españolas, sospechosamente localizadas en aquellos recursos en los que Alemania era deficitaria y muy por encima de las posibilidades reales de Reich, y especialmente, el poco trascendente tono de las intervenciones de Franco, más propio de una forzada merienda con la familia política, que de una entrevista de aquella altura. Por fin, Hitler se levantó y a voces, declaró que no tenía sentido continuar hablando; pero inmediatamente volvió a sentarse y renovó sus esfuerzos para hacer que Franco cambiase su opinión. Y éste, con su sonrisa conejil, reafirmaba su férrea voluntad de unirse en ese mismo momento a la causa, para seguidamente volver a pedir trigo, artillería, camiones, antiaéreos… Una vez convencido el Furher que dicha negociación no era más que una fachada detrás de la cual no se escondía nada, se levantó y comunicó a uno de sus asistentes que indicara a la delegación española que la entrevista había concluido.

Esa misma noche, en el coche restaurante, se ofreció una cena de gala a los españoles, cena en la que el ambiente, si hacemos caso al intérprete de Hitler, debió ser de aupa. Al terminar, Franco y Hitler se retiraron, por separado, a sus dependencias y los dos ministros exteriores quedaron encargados de buscar una nueva fórmula que permitiera el acuerdo. Más ambos sabían que era totalmente imposible, con lo que se limitaron a cubrir el expediente de la mejor manera, tirando del manual del perfecto diplomático: sonrisas falsas, insípidos apretones de manos y un forzado hasta luego, que realmente pretendía significar hasta nunca.

Hitler declararía más tarde, que prefería que le sacaran un par de muelas, antes que tener que volver a hablar con el general español.

España no entró en la guerra... por suerte. Un poco más tarde Franco, taimado, intentó cubrirse las espaldas en caso de victoria alemana propocionando a Hitler una división de infantería que fue destinada al frente del este. Todos sus componentes eran voluntarios, y más del 85% de ellos eran falangistas, una "corriente" dentro del régimen que a Franco, le empezaba a dar más disgustos que alegrías... Una jugada maestra.

¿Realmente Franco se "fusiló" psicológicamente a Hitler aquel día... o simplemente el alemán no desayunó fuerte?


18 comentarios:

Mayte dijo...

Sería intentar responder con un un cara o cruz a esta pregunta..sin embargo el tono de la "entrevista" ofrece una perspectiva diferente para saber más sobre ese momento en la historia.

Un biko y que el resto de la semana sea bueno.

Anónimo dijo...

hola! gran blog, lo leo seguido pero nunca escribo, ahora se me antojo, el encuentro de hendaya, tal vez sea un punto clave en el desarrollo de la segunda guerra mundial, segun algunos, yo no lo creo asi, aunque españa se hubiera sumado con ferbor a la causa alemana, no estaba en condiciones militares, economicas,morales ni animicas para prestar ayuda de importancia a hitler, aunque en sus manos estaban puntos estrategicos imprecindibles para el reich, cuanto hubiera sido posible mantenerlos?. recordemos que aunque hitler se creia invencible, alemania ya demostraba tener algunas falencias importantes en su aparataje belico, sobre todo en materia de logistica y materias primas, bueno esta mas decir que es (aunque sea un fascista y dictador) un gran logro de franco el mantenerse fuera de la orbita alemana, sobre todo en los terminos en que lo hizo, esto es digno de ser resaltado, en esos momentos el eje era a los ojos de todos el gran vencedor en una gurra que no pintaba para larga, el tiempo y sobre todo los ingleses, rusos y tambien griegos (aunque no los nombren mucho)a mi juicio se esforzaron por demostrar lo contrario.

Anónimo dijo...

No me suelen gustar los topicos, pero la descripción de la entrevista recuerda mucho a los topicos relacionados con el origen de Franco.

Ana María dijo...

Oye y ¿que hay de verdad en esos documentos que se supone que encontraron los aliados en los que se dice que sí hubo un contrato, que sí se llegó a un acuerdo?

Anónimo dijo...

...Asusta imaginar que en secretas entrevistas entre altos mandatarios se decida el futuro de gentes y países enteros. Pero hay ocasiones en que los hechos de la historia hablan por sí solos: no entrar a la guerra fue todo un acierto... SALUDANDO:
LeeTamargo.-

Silvia dijo...

Leí hace años una transcripción del testimonio del intérprete de Franco, Luis Álvarez de la Estrada. En ella, aseguraba que durante todas las reuniones, Franco estuvo dándole largas a Hitler porque no queria meter a España en una nueva guerra y que era algo que tenía decidido con anterioridad.. La precaria situación de España tras la contienda civil no permitía muchos lujos, Franco no confíaba en la tan cacareada superioridad de Alemania y además, los ofrecimientos de territorios en el Marruecos francés o en el Oranesado no se iban a cumplir, pues Hitler estaba negociando al mismo tiempo con los franceses..

Lo del contrato, sí que es cierto, aunque una de las versiones publicadas por los norteamericanos no es la definitiva sino uno de los borradores que hubo antes del acuerdo definitivo que firmó Serrano Suñer en noviembre de ese mismo año y en el que se recogían las exigencias que ha mencionado Caboblanco.

Yo no sé si realmente Franco se 'fusiló' a Hitler en esa reunión, pero sé que la 'baraka' que decían que le protegía, ese día protegió al resto del país. Porque si hubiéramos apoyado a Hitler...
Un saludo

Anónimo dijo...

Creo que la posición de Franco era la más lógica pues estando tan reciente la guerra civil, el país no estaba para meterse en otras guerras y es muy posible que las negociaciones sólo fueran una forma de cubrir el expediente a sabiendas desde el principio de que de esa reunión no saldría nada, Franco pedía lo que sabía que Alemania no le iba a dar y así, la disculpa para no tomar parte en el conflicto sería la falta de acuerdo que cara a la galería queda mejor que negarse de entrada.
Un abrazo

Anónimo dijo...

No sabría que responder, Luis. El encuentro entre los dos dictadores fue calificado por el mismo Hitler como"el camino más largo que para ver a quienquiera que fuese emprendió nunca". Está claro que sacó una triste impresión de Franco y de los españoles.Lo mismo pensaron sus colaboradores. Uno de ellos escribió que la "guardia de honor española era deplorable y sus fusiles estaban tan oxidados que debían ser inservibles. Según él, Franco era un "hombrecillo ingrato y cobarde que casi daba pena".
Si no supiéramos que a Hitler hacía falta poco para sacarle de sus casillas podría decirse que en Hendaya Franco jugó la baza psicológica y lo sometió con éxito a la "tortura de la gota de agua": se permitió el lujo de llegar tarde, se hizo de rogar a la hora de comprometerse, dijo que no entendía al intérprete alemán y puso cara de aldeano adulador dificultando las exigencias de Hitler.Podría ser, pero viendo las idas y venidas de la diplomacia española en función de cómo avanzaba el conflicto,estabamos igualmente a merced de los aliados (eso le decía Hitler a Franco: mira que no te van a perdonar que ganaras la guerra...) que de los errores estratégicos de Hitler.
Personalmente creo que la inmensa suerte de Franco y de España fue que Hitler nos dejara por imposible, que agobiado por otros asuntos más importantes, cambiara de planes respecto a si le era rentable la vuelta del "hijo pródigo".

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos. Efecticamente, existe ese documento. Los alemanes insistieron en obtener una garantía por escrito del compromiso español y, tras varias discusiones, la delegación española lo firmó, pero figurando en el mismo un apartado (el 4º) en el que se especificaba que España "... decidiría en que momento sus necesidades estaban lo suficientemente cubiertas como para poder involucrarse en la contienda". Evidentemente, con la redacción de este punto, todo el resto del documento era poco más que un brindis al sol.

El documento se firmó por triplicado por españoles, alemanes e italianos, estos últimos como obervadores. La copia alemana se perdió, la italiana la conservó a título personal el Conde Ciano, ministro italiano de exteriores en aquel momento y en cuanto a la española, debe haber una copia en los archivos del Ministerio de Exteriores pero nunca un gobierno español se ha pronunciado sobre su existencia.

Yo, sinceramente, creo que si Franco no se metió en el conflicto solo fue porque las circunstancias no le dejaron hacerlo. La España de aquel momento estaba destrozada: Franco llegó a la cita dos horas tarde a causa del lamentable estado de la red de ferrocarriles española, la guardia de honor tenía los uniformes roidos, los fusiles oxidados y ni siquiera todos llevaban el pelo bien cortado. El embajador del Rey, Stohrer, además de hacer este tipo de comentarios, dejó un memorandum incendiario, en el que recelaba de la actitud y el potencial español, finalizando con la conclusión de que nuestro país podía ser más una carga que una ayuda. Franco sabía, muy a su pesar, que el país no estaba en condiciones... y menos mal.

Anónimo dijo...

NO comparto del todo esa visión de Franco como consumado jugador de póker frente a Hitler en Hendaya.
Apuesto a que, efectivamente, las peticiones delinvicto Caudillo fueron completamente desproporcionadas para la ganancia que podrían haber conseguido los alemanes. Por otro lado, en breve la atención del Fürer se dirigió al Este y disminuyeron las presiones hacia la entrada de España en el conflicto (que más que una ayuda podía considerarse una carga).
¿Qué hubiera pasado si Franco se hubiese dejado convencer? Que quizás hubiera acabado como su admirado Mussolini o sentado en un banco al lado de Goebbles en Nuremberg y, quizás, nos hubiésemos ahorrado 40 años de Dictadura, que quizás sí que hubiera llegado Mr. Marshall a las secas tierras castellanas (y, eso sí, no gozaríamos hoy de la película de Berlanga)...Cabría pensar que la Guerra Mundial no hubiese sido,para el país, peor que la Posguerra que se sufrió.
Pero, claro, elucubrar con lo que podría haber pasado si, es ahora fácil.
Por cierto, recomiendo, si alguno no lo conoce, en la noche de los viernes, uno de los pocos buenos programas de la tele:"El Laberinto Español". A hora intempestiva, como no podía ser menos, claro.
saludos

CorriendoEnElRetiro dijo...

Caboblanco, no sé si ese tal Hitler y Franco han existido alguna vez o solo son producto de tu imaginación, pero... que bien te explicas.

Saludos,

Anazia dijo...

Espero no molestar si digo que es fuhrer y no furher... me has hecho hasta dudar de si era así o no... porque en mi mente decía Führer y me sentía casi mal cuando leía furher.

Por lo demás... Franco no tiende a caerme bien por todas las leyes antihumanas que sacó, pero bueno, supongo que de la política exterior sólo me tengo que quejar por los años en los que España pensaba que autoabastecerse era muy fácil...

La historia contemporánea no tiende a gustarme, pero ahí está ;)

Anónimo dijo...

Como pasa en estos casos, la verdad exacta no se conocerá nunca. El humorista Forges propuso una teoría absolutamente surrealista...pero muy divertida. Venía a decir que el traductor español sufrió una descomposición gástrica a causa de un potaje de su suegra, y mandó en su lugar a un cuñado suyo, que por supuesto no tenía puñetera idea de alemán...la consecuencia fue el cabreo de Hitler al ver que Franco no cedía (quizá no entendía) a sus proposiciones :D

Un abrazo. Adrià

Chus dijo...

Interesante tu forma de narrar semejante acontecimiento.
Un saludo

Portobello dijo...

Yo también creo que Franco que quería meter a la destrozada España en eso, pero tampoco quería decir que no, por lo tanto se comportó como un Pilatos, se llavó las manos, y que decidiera el del vigotito, que así hizo.

Javier Burbano dijo...

La guerra civil española había terminado un año antes y el país estaba completamente arrasado en muchos lugares (véase el frente de Aragón). Los alemanes habían apoyado a Franco durante la guerra civil y por ello esperaban que España hiciera lo propio con ellos entonces. Franco sabía que si Hitler entraba en España era para quedarse, no como un aliado, sino como soberano del territorio español al final de la contienda. Franco era muy buen militar y estratega, además de valiente, y se atrevió a rechazar al victorioso Hitler. El Führer daba por hecho la entrada de Franco en la guerra y le irritó tremendamente la jugada que no entraba en sus planes. Lo que quería Hitler era el paso libre de sus tropas por la península para cubrir el norte de África y cerrar el mediterráneo (conquistando Gibraltar, por supuesto), además de una base de submarinos alemanes en Canarias para romper la línea de abastecimientos aliados que llegaba desde América. Franco sabía que España no iba a ganar nada con todo esto, solo reconquistar Gibraltar. Hay un interesante documento en este enlace
http://www.ctv.es/USERS/fnff/hendaya.htm
Personalmente opino que, si España hubiera sido un aliado de Hitler como Italia, y Alemania hubiese cerrado el Mediterráneo con Ceuta y Gibraltar, las tropas alemanas del norte de Africa habrían recibido los sumnistros a tiempo y habrían ganado el Mediterráneo. Si Alemania hubiese tenido una base naval de submarinos en Canarias habría dificultado la llegada de ayuda a Inglaterra. Y si no se hubiera lanzado a invadir Rusia, tal vez habríamos estado toda Europa sufriendo una buena temporada un III Reich...

Anónimo dijo...

Hace años,un periodico saco una coleccion sobre la segunda guerra mundial.Entre los muchos coleccionables,uno estaba dedicado a un estudio de un oficial de la armada sobre el estado del ejercito y el pais para la posible entrada de este en la guerra.
Por supuesto el informe recomendaba la no intervencion.
Yo me imagino que Franco en Hendaya jugo las cartas como no podia hacer de otra manera.

Turulato dijo...

Llego tarde, pues he estado fuera de España y sin tiempo para "Blogger". Lo siento.
Me limito a anotar que lo tratado está analizado en profundidad en el libro "España en la Política de Seguridad Occidental. 1939 1986" de Antonio Marquina Barrio.
Es un libro para especialistas y técnicos, que puede resultar prolijo al lector, pero que desmenuza y documenta plenamente el asunto.
Destacaría el estudio del informe del entonces desconocido capitán de navio Carrero, propio del análisis de factores previo a la "Confronta" de una Orden de Operaciones, que presumía la derrota del Eje.
Creo que ningún jefe de unidad tomaría una decisión favorable ante un informe así de su Estado Mayor.
Y hay algo que los españoles parecen no entender; quieren seguir creyendo que a Franco le interesaba la política..
Franco era, simplemente, un militar convencido de que existía un regimiento denominado España y que él era el coronel.
Esto no justifica nada, pero permite encajar las piezas de la Historia.
Y escribo con cierta ventaja... La ventaja del testigo.