martes, 22 de febrero de 2005

Tonsor y Ornatrix

No... no se trata de dos nuevos personajes del canal Cartoon Networks ni tampoco son dos de los irreductibles galos que resisten ahora y siempre al invasor. En la Roma Imperial, hombres y mujeres tenían la misma preocupación por su apariencia externa que ahora, en la actualidad… bueno…el que la tenga porque yo…

A ver, que me estoy liando; El caso es que, el romano acomodado que quería pasarse al lado metrosexual de la vida, acudía al Tonsor, y la matrona romana que pretendía estar más mona, no tenía más remedio que acudir a la Ornatrix.

Las mujeres primero; Entre las obligaciones de la Ornatrix, además de lavar el pelo, estaba la de confeccionar pelucas con cabello importado de la India. Además se ocupaba de sacar las canas más visibles de la clientas jóvenes con unas pinzas. En cuanto a los materiales, estos eran “un poco menos sofisticados” que los actuales; Para blanquear la cara se utilizaba tiza, para la sombra de ojos era imprescindible la ceniza, para conseguir unos dientes blancos nada mejor que el vinagre... Luego estaba el peinado, que no era asunto baladí; Era obligatorio para una dama romana el recogido de pelo, porque si no, se entendía que iba “pidiendo guerra”. Además la Ornatrix, ejercía de asesora en temas de vestimenta.

El varón, como ahora, estaba más limitado. Hasta los tiempos de Trajano, los hombres se limitaban a raparse con más o menos estilo, y a echarse el pelo hacia delante. Además el afeitado era obligatorio. Pero fue llegar Adriano, dejarse barba… ¡y se armó el Cristo! no había ni un romano que no la llevara.

Imaginaos como eran las herramientas… Entre que se afilaban de aquella manera y que la mayoría de los barberos, excepto los de las clases pudientes, trabajaban en plena calle, al más mínimo despiste podía haber un accidente serio.

Antes de cerrar, dos curiosidades. Primera: Adriano se dejo barba porque no le quedaba más remedio. Tenía una gran cicatriz en la barbilla que le desagradaba y aparte, su cara tenía un desagradable tono azulado, porque se le notaban mucho los capilares. Segundo: Hemos recuperado maquinillas de afeitar etruscas, hechas de bronce; Desafortunadamente no tenemos ninguna romana… porque estaban hechas de hierro y no han llegado a nuestros días.

Adios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias.