miércoles, 22 de marzo de 2006

Todo a cien

Lutero, empieza el lío...

Durante los siglos XIV y XV, decorar con oro el tejado de una iglesia, construir un pasadizo para conectar el Vaticano al Castillo de Sant’Angelo, mantener a una multitud de pintores, escultores y músicos, asombrar a monarcas extranjeros o deslumbrar a inocentes peregrinos, acarreaba, al igual que ahora, fuertes quebraderos de cabeza a la Iglesia católica… ¿Qué cuales? Pues, fundamentalmente, que no era gratis. El Papado, cabeza visible de una organización mundana con fuertes aspiraciones místicas y un buen puñado de defectos nada espirituales, ejercía de máximo mecenas artístico de la época, siempre y cuando las obras realizadas al amparo de dicho mecenazgo fueran a parar a los claustros y capillas de templos y monasterios, claro… y es que, como dijo Platón “…el bien siempre empieza por uno mismo”.

Pues bien, en aquellos tiempos a la gente corriente le costaba rascarse el bolsillo tanto o más que ahora; entre esto, y que aún no había impreso de autoliquidación en el que poder marcar la casillita de “fines de interés social”, la institución que ¿fundara? San Pedro hace casi dos mil años andaba francamente canina. Más, como en cualquier otra organización social, la Iglesia católica no solía estar escasa de “listos” y a alguno de ellos se le ocurrió una brillante idea: ofrecer a la fieles la posibilidad de comprar indulgencias para ellos o para otras almas y así obtener su misericordia divina en cómodas cuotas. En sí misma, la indulgencia no era un invento reciente; Siguiendo la doctrina católica, llamamos así a la remisión de la pena temporal correspondiente a pecados que han sido perdonados, a ciertas personas que cumplen unas condiciones dadas. La indulgencia no es un sacramento y no perdona pecados en sí misma, pero exime de purgarla luego tras la muerte, siempre que el solicitante se haga acreedor de ella por medio de, por ejemplo, una buena peregrinación a cualquier santuario cristiano.

El problema de todo esto es que andar, cansa, con lo que las gentes acomodadas, los miedosos y los vagos en general eran poco dados a emprender peregrinaciones y quedaban fuera de los maravillosos efectos de tamaño descubrimiento. Y aquí fue cuando el departamento de marketing papal dio con la solución: A toda esta suerte de “…impedidos para la misericordia por obra del maligno” – así lo contaban, ojo… - les bastaba con depositar una limosna en el cepillo de la iglesia para expirar sus pecados, sin el cual se convertían en merecedores de las más terribles penas temporales previstas por la justicia divina; Y como es natural, pues la justicia “divina” nunca es ciega… ¡la calidad de la indulgencia aumentaba de forma directamente proporcional a la solera del donativo dado! … vamos, quedaba definitivamente santificado el “pagar por pecar”.

Y que conste que el “ojo de la aguja” que siglos antes instaurara el Nazareno como filtro previo al reino de los cielos, había empezado a agrandarse desde bien entrado el siglo XI, ¡pero es que desde mediados del XV andaba convertido en el intercambiador de Atocha! Algunos Papas, bien es verdad, intentaron limitarlas, pero solo consiguieron con ello ver aún más quebrantadas las finanzas vaticanas, con lo que se vieron obligados a pasar de intentar suprimirlas a luchar por asegurarse su control.

El momento culminante de la desvergüenza llegaría con la disputa que enfrentaría a Dominicos y Agustinos, por el control del “negocio”, en plena construcción de la Basílica de San Pedro, en Roma. Parece que León X no tenía ni para la licencia de obra, así que optó por una campaña de publicidad a nivel europeo para ofrecer el nuevo catalogo de indulgencias primavera – verano. En años anteriores, tan señalado encargo había recaído tradicionalmente en los seguidores de San Agustín pero, la oferta presentada por un monje dominico llamado Tetzel debió ser superior, y resultó adjudicatario.

En Alemania, grupos de frailes agustinos y dominicos se enzarzaron en tremendos y no muy piadosos enfrentamientos, algunos de las cuales degeneraron incluso en barriobajeras peleas por las calles de Coblenza o Maguncia. Al enterarse, León X comento que no era más que “una inocente disputa entre monjes”…

Unos días más tarde, un Agustino clavó un papel en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, con 95 tesis en las que invitaba a discutir sobre la bondad de aquel sistema de compraventa de penitencias. Su nombre… Martín Lutero.

Saludos.


21 comentarios:

Mayte dijo...

Un tema interesante y polémico. Hace muchos años lei un libro que se llamaba Vaticano y que contaba la forma en que se organizaba la economía interna, la forma en que repercutia en el resto del mundo y las triquiñuelas que a veces ocurren. No cabe duda que poderoso caballero es Don dinero...

He disfrutado mucho este post, y me he enterado de situaciones que desconocia y recordado a Lutero...un gusto pasarse por aqui.

Biko.

Anónimo dijo...

"Todo a cien", un titulo sugerente y muy apropiado para el tema que tratas, el mercadeo no es nuevo. Recuerdo a los mas jovenes que en España cada familia podia compraba el "comer carne los viernes" con una bula concedida a raiz de .... fue abolida por ..... A caboblanco le dejo los detalles por si le interesa.

Anónimo dijo...

Triste pero cierto, la que se lió por culpa de las bulas papales...cisma, guerras.
Por desgracia, parece que el sistema sigue funcionando, más o menos, sino, no entiendo como una institución que cree que el matrimonio es indisoluble, concede "nulidades" matrimoniales a gente con hijos y todo ...(normalmente ricos y famosos claro).

Saludos.
Adrià Urpí

Anónimo dijo...

La figura de Tztel la presentan como un notorio y hábil traficante de indulgencias. Las ofertas no eren novedosas, pero sospechosamente tentadoras:
"Os daré cartas, todas debidamente selladas mediante las que incluso los pecados que tenéis la intención de cometer os serán perdonados". Ampliaba la oferta,pasando por caja, para agilizar la lista de espera en el limbo...
Pero es curioso que en la actualidad, y no sólo por parte de la Iglesia Católica,sobrevivan prácticas mercantiles para solucionarnos la salvación. Me refiero a la multidud de sectas que se han hecho con el monopolio y que trafican con el paraiso con un postulado idéntico; "Pare de sufrir... si tiene dinero para remediarlo.
Un abrazo

Turulato dijo...

Una sugerencia. Sería muy interesante que completaras el artículo con otro referido a las reliquias.
Los asuntos son "uña y carne".
Para animarte, intenta visitar, en lugar de tierras de gente altiva, la iglesia donde podrás admirar una pluma remera del ala derecha del arcángel san Miguel..

Anónimo dijo...

Salvando las distancias del tiempo y de las creencias seguimos más o menos igual...
Todavía, quien no quiere guardar vigilia, paga un diezmo a su iglesia y eso lo exime del "pecado"

Un abrazo Luis, como siempre interesántisimos tus pots

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos. Me disgustaría haber dado con este post una percepción irreverente o de un beligerante laicismo; No porque sea verdad o mentira, sino porque no era mi intención. Me limito a criticar comportamientos y una vez puestos, que más me da que los practiquen en el marco de una Ong, un partido político, una organización religiosa o un Estanco... El caso es, como siempre, que el dinero es lo que hace girar este mundo, y no hay sector o estrato donde no se aprecie esta servidumbre, quizás porque la llevamos encima cualquiera de nosotros. De las sectas, chamanes y demás titiriteros ni siquiera hablo porque creo que entran dentro de lo delictivo.

El hilo que hemos abierto nos adentra en terrenos resbaladizos. Afecta a los corazones y las conciencias por igual, por no hablar de ciertos posos educativos de difícil limpieza. El resultado es que es muy fácil lastimar o herir sensibilidades y creo que no es ni la hora ni el lugar. Permitidme lanzar siquiera una pregunta al aire: ¿Creeís de verdad que la intención de Jesús de Nazareth era crear una iglesia...?

Buenas noches y mis respetos a aquel que consigue creer en algo de todo corazón.

PD: Consumidor, me has pillado... pero no desespero. :-)

Leodegundia dijo...

Bueno, creo que llego la prime después de la pregunta que lanzas y mi respuesta es que no, Jesús de Nazareth creo que sería el primero en enfadarse con el comportamiento pesetero de la Iglesia y una muestra pudiera ser la expulsión del Templo de los mercaderes y cambistas. Él hablaba (si hacemos caso de las escrituras) de amor y de caridad, para nada de templos suntuosos ni de pompa ni de vanidad ni de riqueza material, cosas de las que la Iglesias está a rebosar. Pero dentro de la Iglesia también hay gente buena, recuerdo que un cura cuando las alumnas de un colegio de monjas se quejaban del mal trato recibido por estas, les contestaba con una voz muy triste: "No os preocupeis, Dios tiene dispuesto un infierno especial para curas y monjas" y yo digo, que si el infierno existe, el de curas y monjas va a estar a tope pues siendo estos los que tienen que dar ejemplo, son los que logran con su mal comportamiento que la gente se aleje de Dios por confundirlo con la Iglesia.
Este tema que tocaste hoy es otro de los temas mas complicados pues como tú bien dices afecta a los corazones y a las conciencias, pero no creo que nadie se pueda sentir ofendido por lo que relataste ya que todo es verdad y fácilmente demostrable y si somos sinceros, no nos queda más remedio que aceptar la realidad.
Un saludo

Anónimo dijo...

Yo diría que no, respondiendo a tu pergunta. Que Constantino puso la piedra y no Pedro. Pero eso seguro que lo analizarías tú con más acierto que yo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola:
El tema de hoy es, como bien dices, espinoso. No creo que lo hayas tratado irreverentemente y que alguien pudiera sentirse ofendido, es lo que hay y no tiene discusión.
Me encanta la forma en que tratas los temas dandoles ese aire de sencillez y modernidad sin querer sentar cátredra.
Un abrazo
José

Juan Antonio del Pino dijo...

Creo que has tratado el tema con bastante tacto puesto que no se puede negar lo evidente ni cambiar la historia.
Resulta cuando menos curioso la forma de ver a los "protestantes" que hemos tenido en este catoliquísimo país. Parecía que aparte de herejes eran tontos (si nuestra religión es la única verdadera ¡y no se dan cuenta!), cuando no se trataba de seres demoníacos con la única intención de socavar nuestra fe o destruir a la Santa Madre Iglesia del Vaticano, con el Papa dentro...
Lo cierto es que a mi el tema de la religión, católica, ya no me exalta como antes. Sé que muchos deberían dar mejor ejemplo pero pienso que se trata de personas, con us defectos, sus virtudes, sus corruptelas, sus maniobras de poder... lo mismito que en otros ámbitos de la vida (porque fíjate si los Concejales de un Ayuntamiento deberían dar buen ejemplo a la ciudadanía y así está Marbella y mil ciudades más...). Donde hay dinero, donde hay poder, siempre entra gente dispuesta a medrar a cualquier precio.

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos. Sinceramente, me preocupaba no hacerme entender; Una cosa es criticar actitudes o una cierta decandencia de algunos preceptos por aquellos que prometieron defenderlos, y otra no darse cuenta de la ingente labor de millones de personas con otros buenos millones de defasortunados y menesterosos. Para ellos, insisto, mi sincera admiración.

Pero, en cualquier caso, me crispan algunos de los derroteros por los que circula la religión católica... y, sobre todo, me indigna sobremanera que se engañe. Quiero decir, según los Evangelios, el hombre de Nazareth solo utilizó una vez la palabra iglesia y tampoco la proclamó: proclamó el Reino de Dios. La cuestión no es baladí, ya que Jesús no invitaba a la observancia de unos mandamientos, sino que apelaba a su cumplimiento en la consideración debida a nuestros semejantes. De hecho, el amor a los que nos rodean se enzalza de manera imperial, equiparándolos al amor al mismo Dios. Y además, para disguto de ortodoxos y devotos de tres al cuarto, invitaba a su reinado a los practicantes de otras creencias (samaritanos), a los comprometidos políticamente (recaudadores de impuestos), a lop pecadores (adulteros), a los explotados sexualmente (prostitutas)... es curioso lo interesantes que pueden ser la escrituras si uno sabe que buscar.

¿Y a donde llegamos? pues a que, comparado con esto, la mayoría de los preceptos de la Ley, sobre todo los referentes a la comida, la limpieza y el sábado quedaban oscurecidos hasta rozar el mismo límite de lo irrelevante, comparados con el amor al prójimo, la verdadera "piedra" sobre la que se asienta, no una iglesia, sino un corazón, una conciencia, una vida...

Como bien dices Leo, se reveló contra cualquier cosa que supusiera la utilización de lo místico, como el mercado del Templo; Y también se enfrentó a la utilización del hombre y de su conciencia, cosa que hacen muy a menudo toas las religiones, pero sobre todo las monoteistas. Si hubiéramos vivido nuestra niñez y nuestra adolescencia en una isla desierta, alejados de todo, y de pronto nos dejaran algunos libros a nuestro albedrío, para muchos de nosotros no nos sería difícil convenir en que Jesús, en los poco más de dos años en los que ejerció de sí mismo, no pretendía fundar una comunidad con su propio credo y mucho menos un gran edificio religioso. Así que esta puede ser la respuesta a la pregunta: La iglesia no pudo ser fundada por Jesús, más curiosamente apela a él desde sus orígenes, y casi podría decirse que le utiliza.

En mi opinión, Jesús no recurrió a unos mandamientos para que mediante su cumplimiento alcanzáramos la vida eterna. No, creo que simplemente nos enseñó cual era la mejor manera de vivir eternamente la única vida que tendremos... aquella que disfrutamos en estos mismos momentos.

Anónimo dijo...

Tal como dice Consumidor existía una bula, que yo he visto en casa de mis padres, pero creo recordar que te liberaba de la abstinencia de carne durante todos los viernes del año, excepto los de cuaresma.
Copio y pego: Desde el amanecer del cristianismo, el viernes ha sido señalado como día de abstinencia con el fin de rendir homenaje a la memoria de Cristo sufriendo y muriendo en ese día de la semana. Las "Enseñanzas de los Apóstoles" (viii), Clemente de Alejandría (Strom., VI, 75), y Tertuliano (De jejun., xiv) hacen mención explícita de esta práctica. El Papa Nicolás I (858-867) declara que la abstinencia de carne es prescrita los viernes. Existe toda clase de razones para conjeturar que Inocente III (1198-1216) tenía en mente la existencia de de esta ley cuando dijo que esta obligación se suprimía en días de Navidad que cayeran en viernes.
Estaban exentos los enfermos y los niños hasta 14 años. Sin embargo se podía comer pescado, moluscos, cangrejos, tortugas, y animales de sangre fría.
Además creo que existían varios tipos de bula.
Un saludo.

Anazia dijo...

Como siempre, don Dinero.

Anónimo dijo...

Ante todo, vaya por delante mi enhorabuena por la web. Soy un apasionado de la historia y me he quedado gratamente sorprendido por su riqueza de contenidos y por la manera de explicar los temas. Espero participar de aquí en lo sucesivo.

Un saludo, Cochise.

Lunarroja dijo...

A mí también me ha gustado mucho el título de "Todo a cien". Bastante gráfico con lo que viene a continuación...

Y la historia, realmente interesante.
Como siempre, chapeau.

Manolo dijo...

Sospecho que con la Iglesia pasa un poco como con las personas, que hay cosas que hemos hecho de las que no estamos orgullosos.

Por otra parte hay gente que son religiosos o curas y que hacen bastantes cosas buenas para los demás de forma callada y constante y de los que no sale nada en los medios.

Saludos

Verso dijo...

Lo explicas divinamente, como siempre, la verdad nos hará libres.
Creo que no estaría de acuerdo.

Luis Caboblanco dijo...

Bueno, pues ha sido Jubilado el que ha resuelto el entuerto; Bien por él.

Turu, efectivamente se podría hacer un post sobre reliquias y demás imaginería, un tema que en la iglesia católica cada vez adquiere más relevancia. Mi profesor de religión de 5º curso mantenía, muy dicharachero, que si se juntaran todas las presuntas astillas de la cruz de Cristo, se podría construir holgadamente un nuevo Arca de Noé.

Manolo, por supuesto que hay religiosos y seglares que desarrollan ingentes labores en lugares en donde no llegan ni los gobiernos ni las ONG´s. Y creo sinceramente que es la fe la que los impulsa, los anima y los consuela, al menos en parte. Por eso me cabrean aún más ciertas cosas.

Saludos

Raúl dijo...

Muy interesante post. Sigo aprendiendo bastante por acá.

Saludos,

Portobello dijo...

Siempre voy con retrato. Chiquillo me encanta como nos lo cuentas, parecen relatos, en cuanto tenga impresora en casa, te imprimo y te ordeno por épocas. He leído hace poco un estupendo libro que refleja esas disputas y protestas alemanas, es Reconstrucción de Antonio Orejudo. Por cierto ¿Por qué no te decides a ponerme tu opinión sobre lo de Marbella (las detenciones) en mi blog de Periodista Digital)?, es que voy a publicar todos los comentarios.Abrazos.