lunes, 22 de septiembre de 2008

La batalla de Somosierra

El 30 de noviembre de 1808 un centenar largo de jinetes polacos se lanzaron a la carga por un camino ascendente de fuerte pendiente, en plena Sierra de Guadarrama... ¿que para qué? Pues, además de para intentar flanquear a las fuerzas españolas que, con gran algarabía, bloqueaban los intentos franceses de rebasar el puerto, también suponemos que para ganarse la paga, ya que ni más ni menos que formaban parte de la guardía personal del emperador. Así que, estos 120 polacos picaron espuelas y, con gran riesgo para sus vidas, hicieron lo que la mayoría de los manuales militares desaconsejan fervientemente... cargar, caballo mediante, cuesta arriba... El caso es que, no sabemos si impresionados por la temeridad de los jinetes polacos o porque quizás hubiesen dejado el coche el zona azul, los soldados españoles y, sobre todo, los artilleros que comandaban las cuatro baterias de artillería que castigaban la infantería francesa, salieron corriendo como locos después de presentar una más bien tímida resistencia. Fruto de la dureza de las condiciones entre las que cargaron los “polanders” fue su descomunal porcentaje de bajas: no alcanzaron a sobrevivir ni la mitad de ellos.

Para el pueblo polaco – cuya caballería siempre ha gozado de una excelsa reputación – la batalla de Somosierra constituye uno de sus más importantes logros militares; de hecho, “Napo” quedó tan impresionado con la acción que, en el mismo campo de batalla, impuso la Orden de la legión de honor al baranda que comandaba a la caballería, un tal Jan Kozietulski y, dos siglos más tarde, una placa colocada por el Ministerio de defensa polaco recuerda a los TODOS los caídos en la batalla . Mañana conoceremos un poco más sobre el protagonista de esta fuerza de elite de caballería que, según algunos entendidos, es el verdadero precursor del tanque, el Coracero; mientras tanto, quizá podamos reconocer a algún vecino en la reconstrucción de la batalla celebrada ayer mismo.

Saludos.

4 comentarios:

Unknown dijo...

De las narices que le echaba la caballería polaca hay que hablar mucho, y bien. No en vano se atrevieron incluso con los panzer de Hitler en plena Segunda Guerra Mundial...

Luis Caboblanco dijo...

El soldado polaco siempre se ha comportado como de él se espera. Conozco a bastantes polacos y puedo decir que son gente sencilla y sincera, con gusto por lo militar y sobre todo, con un patriotismo bien entendido.

En cualquier caso, sobre el enfrentamiento que comentas hay muchas versiones y yo me decanto por esta: http://romavictrix.blogspot.com/2008/01/mokra-1-de-septiembre-de-1939.html

Saludos

Turulato dijo...

Vale, vale... Pero mándale el artículo a nuestra ministra Magdalena Álvarez, si, ese prodigio de eficiencia.
Resulta que durante la visita a la Expo Zaragoza 08 del presidente de Polonia, la susodicha -en representación de jornada de nuestro gobierno- se explayó en su discurso oficial sobre la lucha hombro con hombro de polacos y españoles contra Napoleón.
La cara de pasmo de los oyentes -en directo unos y traducidos otros- era para mear y no echar gota.
Se olvidó, ante su pasión por largar, de que Bonaparte fue la esperanza polaca de la independencia de Polonia, devorada por Rusia y Prusia.

El presidente polaco, diplomático y no bocazas, le contestó que tanto los españoles como los polacos defendían su libertad y que, en eso, siempre hubo acuerdo.

Aunque..., bien mirado... ¿De verdad que los españoles defendieron su libertad durante la Guerra de la Independencia?.

Suyo que lo es, su afectísimo ...

Luis Caboblanco dijo...

:-)

Un fallo lo tiene cualquiera hombre!!

Vaya país, Polonia, sin fronteras naturales fáciles de defender y siempre en la ruta de invasión hacía la unión soviética y viceversa; que aún exista dice mucho de ellos ¿no?

Sobre la guerra de la independencia podrían escribirse 10.000 libros y jamás estaríamos deacuerdo. Yo, que apenas se de que va esto, creo que los españoles lucharon por Fernando VII que resultó el peor rey de la historia de España, todo ello junto con el nacimiento de un cierto espíritu de conciencia nacional - curiosamente impulsado por algunos personajes que luego serían tratados de afrancesados -, una cierta soberbia de los franceses al conducirse por España, y un enorme esfuerzo de las clases que no querían perder sus privilegios (clero, terratenientes y parte del ejército) que no querían perder sus privilegios y aglutinaron esfuerzos para darle al pueblo una causa para estar ocupado.

¿no?