domingo, 14 de mayo de 2006

El sexo en la Bíblia

"La Magdalena" de El Greco

Sostener que la Biblia es un libro erótico seguramente sea hilar demasiado fino pero, sin duda, el sexo, en todas sus manifestaciones, aparece constantemente en sus páginas. De hecho, la lectura de la Biblia fue prohibida durante siglos a niños, mujeres y adolescentes. Además, como en las misas se leía en latín – lengua que apenas nadie dominaba, ni a partir del siglo V , ni tampoco en la actualidad – las posibilidades de que una persona lega se enterara de algo de lo que relataban las Sagradas Escrituras eran mínimas. El siervo que acudiera a un oficio durante la Edad Media no entendería mucho más de lo que nosotros seríamos capaces de descifrar si acudiéramos a los rezos de la Mezquita de Jerusalén. Gracias a ello, la Iglesia “organización” – nada que ver con el conjunto de fieles de los que toma su nombre – ha podido evitar durante siglos las peligrosas – a su juicio – pendencias sobre la sexualidad a las que podía haber dado lugar una lectura más racional de las Sagradas Escrituras. Ojos que no ven, corazón que no siente…

Sin embargo, ocurre que la Biblia, por encima de todo, más que un texto espiritual es una narración histórica con un marcado carácter religioso que relata siglos de vida y de historia de un pueblo para el cual la sexualidad era un asunto importante porque aseguraba la existencia de la raza y de la especie... y ¿que podía haber más importante que asegurar el futuro de el pueblo elegido? La fecundidad era tan importante que los grandes patriarcas, Abraham el primero, no tenían inconveniente en engrandar un hijo con una esclava cuando su mujer era estéril (en aquellos días solo la mujer podía serlo). Mientras que para los cristianos la sexualidad está siempre revestida de un regusto de pecado y se la considera un elemento secundario de la existencia humana, en el judaísmo, al contrario, el alma es algo que vive dentro del cuerpo, y al ser éste su carne, es su única y verdadera realidad… al mismo nivel que el espíritu. Este abismo, que se manifiesta frente a cualquier persona que acometa la lectura de la Biblia sin demasiados condicionantes previos, sigue vivo. Para el cristiano, la virginidad sigue teniendo un valor primordial, mientras que para el judío, lo fundamental es la fecundidad. Tan solo durante la segunda mitad del siglo XX se ha atrevido la Iglesia católica a vislumbrar textos en donde el ejercicio de la sexualidad pueda ser entendido como un medio de conocimiento entre las personas, asociado al placer y distinto, por tanto, del mero hecho proceativo... y lo ha hecho a regañadientes y sin demasiada convicción.

Por eso, si nos acercamos a las Escrituras prescindiendo de nuestras raíces católicas – cosa harto complicada – el concepto de sexualidad nos parecerá extraño desde el primer momento. Incluso cuando una virgen es violada, pesa más el menoscabo del derecho de un tercero que la propia violación y, aunque esto pueda escandalizarnos, prueba que el acto sexual según se relata en los textos no tiene ninguna connotación negativa. En la Biblia es tan importante el respeto a los derechos del prójimo que el pecado fundamental, tras la idolatría, es la injusticia social, y la opresión de los pobres, pero nunca el pecado sexual. De ahí que el adulterio se castigue por lo que supone de agravio a la propiedad privada… ejem, aunque en esto si hemos avanzado algo. Para los judíos, dentro del matrimonio, todo está permitido, incluso manifestaciones prohibidas en tiempos por la iglesia como el sexo anal u oral. Basta que dichos actos se realicen de mutuo acuerdo. Tan solo se condena con fuerza todo lo que atente contra la procreación.

Es interesante cómo, contra lo que suele predicar la Iglesia, el onanismo ni aparece expresamente condenado en la Biblia, ni ocasiona la ceguera a ninguno de los protagonistas. La iglesia tomo la voz “onanismo” de la historia – erróneamente interpretada, como siempre – de Onán, el segundo hijo de Judá. Tras el fallecimiento de su hermano mayor, Judá ordenó a Onán que se acostara con la viuda de su hermano. Onán lo hizo, pero derramando su semen en tierra, y por tanto, su pecado careció de matiz sexual: su mancha derivó de negarse a cumplir la ley judaica, según la cual un hermano tenía el deber de preñar a la mujer de su hermano si este moría sin heredero. Su pecado no fue, precisamente, de autosatisfacción.

Israel convivió durante siglos con infinidad de pueblos cuya cultura elevo la sexualidad a la categoría de lo divino como los asirios o los persas. Aunque los judios redujeron su culto a un solo Dios, con alguna reticencia más de lo que los católicos pensamos, siempre quedó presente una franca indulgencia acerca del ejercicio de la sexualidad, por ejemplo, la condescencia con respecto al mundo de la prostitución, como se puede comprobar en los Evangelios. Pero, como para las venideras generaciones de gentiles podía resultar difícil entener que Jesús anduviera con meretrices como si tal cosa, hubo que forzar que solo tuviera relación con una, a la que además se encargó de redimir. En fín, la importancia que el judaísmo concede al cuerpo, el cristianismo se encargo de derivarla hacia el alma. Los primeros ven al contienente de su espíritu como su primera y más cercana realidad mientras que para los católicos, el cuerpo y sus manifestaciones poseen una connotación negativa. Y para exorcizarlas hay que santificarlas… son ganas de trabajar dos veces…

Y la de viajes a cines franceses que se habrían ahorrado nuestros padres y abuelos.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Intersante reflexión...

Verso dijo...

Decías de erotismo?, te dejo una pequeña muestra del Cantar de los Cantares...

7:1 ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,
Oh hija de príncipe!
Los contornos de tus muslos son como joyas,
Obra de mano de excelente maestro.
7:2 Tu ombligo como una taza redonda
Que no le falta bebida.
Tu vientre como montón de trigo
Cercado de lirios.
7:3 Tus dos pechos, como gemelos de gacela.
7:4 Tu cuello, como torre de marfil;
Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;
Tu nariz, como la torre del Líbano,
Que mira hacia Damasco.
7:5 Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo;
Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey
Suspendida en los corredores.
7:6 ¡Qué hermosa eres, y cuán suave,
Oh amor deleitoso!
7:7 Tu estatura es semejante a la palmera,
Y tus pechos a los racimos.
7:8 Yo dije: Subiré a la palmera,
Asiré sus ramas.
Deja que tus pechos sean como racimos de vid,
Y el olor de tu boca como de manzanas,
7:9 Y tu paladar como el buen vino,
Que se entra a mi amado suavemente,
Y hace hablar los labios de los viejos.
7:10 Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento.
7:11 Ven, oh amado mío, salgamos al campo,
Moremos en las aldeas.
7:12 Levantémonos de mañana a las viñas;
Veamos si brotan las vides, si están en cierne,
Si han florecido los granados;
Allí te daré mis amores.
7:13 Las mandrágoras han dado olor,
Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas,
Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.

Luis Caboblanco dijo...

¡Correcto incondicional! El cantar de los cantares es un poema de amor que cuenta las sensaciones entre dos enamorados. Supongo que su primera intención fue colocar a Dios en uno de los polos y escenificar metafóricamente todas las sensaciones, dolor, gozo, necesidad... por las que pasa cualquier corazón humano. Dios representa la luz, la vida, el sol... el amor.

Por eso en las Sagradas Escrituras que compramos para Bodas, Comuniones o que recibimos como regalo por haber pertenecido más de unos años al Círculo de Lectores, viene después del libro de las vanidades... como representación de su antítesis.

Un abrazo

Anónimo dijo...

En la Biblia y sobre todo en el Antiguo Testamento encontramos gran cantidad de información.En El Cantar de los Cantares nos cuenta el notable exito que obtuvo Esther ante el rey Asuero, otro pasaje es la visita de la reina de Saba a Salomón
Cantar de los Cantares 7.9
El esposo... ...Yo digo: subiré a esa palmera y cogeré sus frutos, y serán tus pechos como racimos de uvas.....

almena dijo...

en fin... pienso que hablar de "pureza", de mantenerse "puros", es algo distinto a lo que "la Iglesia nos enseña".
bueno, que me ha encantado tu ironía "entonces sólo las mujeres eran estériles" :-)

un beso

Anónimo dijo...

Con la Bliblia pasa que sus lectores, y los "promotores" del mensaje, ya sean santos o asesinos, siempre encontrarán un versículo que justifique su conducta.
Muy interesante en enfoque del artículo
Un abrazo

Portobello dijo...

No cabe duda de que le Jesucristo profeta judio que vivió la época y cuyo carisma hizo que se creara una secta importante y el Jesús que han transformado los cristianos para su manipulación como iglesia poderosa es bien distinta. En todo, incluso la sexual. Como no iba a vivir como la población de su época? por supuesto que así lo haria. Como judio cumpliria con las costumbres. Me interesa la figura de este profesa como lo que tiene de historia, porque forma parte de un centro (Oriente Próximo) muy importante históricamente y cuna de civilizaciones. Un abrazo.

Anónimo dijo...

He estado rebuscando y pese a encontrar alguna referencia en Sherezade, El Cantar de los Cantares, Las noches de Tobias... no me he atrevido a meterle mano, (perdón por la expresión), así que esta vez solo puedo decirte; que como siempre un relato muy ameno.
Saludos

Anónimo dijo...

¿Y no podían leer cosas así, como el Cantar de los cantares?. En fín, ellos se lo pierden.

Un abrazo

Johnymepeino dijo...

Hummm... no estoy de acuerdo. La prostitución no se tolera el tema es aprender a perdonar. del mismo modo el onanismo no lo es "porque Onán salga en la Biblia".

Sobre los hechos (A.Testamento) surgió la espiritualidad que además es común a hebreos, musulmanes, ortodoxos... no va a ser que la iglesia se lo inventó todo y convenció a los otros ¿no? :)

Israel convivió contaminandose a diario de las costumbres de los demás pueblos y eso le sirvió para descubrir que entre ellos el sexo no podíadarse como entre animales. (Para tirarse a una tía no había que pedir permiso, las prostitutas sagradas a cambio de dinero perdonaban culpas, como los niños/as antes de los doce años no se consideraban personas -como ahora quiere hacer Proyecto Gran Simio- estrenarlo era "capricho de dioses".
Vaya, que en estas tres culturas religiosas: Xnismo, Judaísmo e Islam quedó lo más civilizado que había.
(Es que el resto, joer macho, eran unos bestias de cuidao). Es falso el mito del Neanderthal feliz, pacífico, etc.

¿Conoces la de Jonatán y David?. Es es plan Israel-Broken Mountain :D

Anónimo dijo...

Cuando se lee la Biblia por primera vez llama la atención tantas referencias como hace de continuo al tema sexual, como por ejemplo la violación incestuosa de Tamar por su hermano Amnón; o el acoso sexual que sufre José, llevado a cabo por la mujer de Putifar; o el incesto cometido por las hijas de Lot que le embriagaron para acostarse con él; o el engaño de Abraham y Sara que fingieron ser hermanos para que el faraón de Egipto pudiera casarse con ella y así salvar la vida de Abraham; o en fin, el adulterio de David con Betsabé la mujer de Urías, al que incluso manda poner en el lugar más peligroso de la lucha para que muera.
La Biblia, que en principio se toma como un libro religioso, es a mi entender solamente un libro que relata la historia antigua y que no es de fácil interpretación pues para poder comprenderlo es necesario conocer también cuales eran las leyes y costumbres de aquella época.
Te felicito por este artículo. Un abrazo

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos. No he dicho tolerancia sino condescendencia. Como bien dices, la prostitución sagrada siguió vigente, durante períodos intermitentes y es posible encontrar referencias a este asunto, incluso en tiempos tan tardíos como los de Marco Aurelio. Yo creo, y quede claro que únicamente mi opinión, que al incluir episodios como el de la prostituta las escrituras no intentan fomentar el amor eterno, al menos, no únicamente. También se escenifica la posición del galileo respecto a la Ley de Israel, que entre cosas prohibía hablar con mujeres que no fueran la propia esposa, abrazarlas o mezclarse con ellas. Cada vez que en la Bíblia se castiga a una mujer, no se hace por la conveniencia o no de su vida sexual; se hace porque como sujeto susceptible de ser poseído, ha hecho algo contra los intereses de su dueño.

Cierta es tu apreciación sobre el Neanderthal bueno :-) Ni el Neanderthal ni tampoco nosotros: Para Aristóteles, que acabaría influenciando la teología de Tomas de Aquino, la mujer posee una naturaleza defectuosa y completa. Más tarde, San Agustín llego incluso a dudar que las mujeres tuviesen alma. Cicerón se despachó a gusto cuando dijo que los hombres serían capaces de hablar con Dios cuando no existieran las mujeres y Nietzsche, en su obra "Así hablo Zaratustra" se pregunta "vas con mujeres... no olvides el látigo". Convengo contigo en que las tres religiones monoteístas eran de lo mejor que había... o de lo menos malo, según se mire.

Un saludo

Anónimo dijo...

Magnifico post.
Besos

Lunarroja dijo...

Interesantísima tu reflexión.
Enhorabuena.

Turulato dijo...

Creo que el artículo es importante, no tanto por sus referencias como por la llamada que haces a pensar..
¡Qué daño ha hecho la iglesia como organización cada vez que se ha defendido como tal!.
¡Qué daño ha hecho la pobrísima preparación teológica, filosófica y, en general, intelectual de muchísimos sacerdotes!.
En resumen, creo muy necesario que nos preguntemos: ¿Qué quiso enseñarnos en realidad Jesús?

Luis Caboblanco dijo...

Pues sí Turu. Como organización humana, la Iglesia comparte con el hombre todos sus defectos y virtudes, con especial carencia por los primeros. Jesús, en esencia el líder de una pequeña secta judía del siglo I d.C. y a la postre, luz de una de las más importantes religiones monoteístas del mundo (no se si llamarle fundador...) no pretendió más que dar una pauta de comportamiento basada en el amor al prójimo como a uno mismo. Todo lo demás, es plagio o deformación de su propia doctrina.

salvo mejor opinión, claro...

Saludos Turu