Cuando parecía que acababa arreciando la polvareda de la Ley de Memoria Histórica – o histérica, según se mire – ley que, escaso bagaje, se ha caracterizado por irritar a todos y no contentar a nadie, Baltasar Garzón ha decidido (gracias Luna...) convertirse en adalid de parte de las asociaciones de victimas de familiares y represaliados durante la contienda, en concreto de los del bando republicano. A pesar de los consejos de la fiscalía – figura que en este país está empezando a convertirse en un cero a la izquierda... – ha decidido considerar estos crímenes como “de lesa humanidad”, esto es, imprescribibles, a pesar del consejo de asociaciones de jueces, fiscales y magistrados que se inclinaban, inclinan y posiblemente inclinaran por considerarlos tipificados en la legislación de la II República como “comunes” - ¿no hemos quedado en que ese era el ordenamiento vigente? – y por lo tanto extintos de responsabilidad según la ley de amnistía general de 1977.
Pues bien, como quiera que ya conocemos la tipología de las actuaciones de este juez, para el que como entre en bambalinas no se está en ningún sitio, no ha tenido mejor idea que desayunarse con la obligación para ciertos ayuntamientos como Madrid, Sevilla, Córdoba y Granada – parece que todo se debió de cocer en la capital y Andalucia... – para la Conferencial episcopal, para el Ministerio de defensa y la Dirección General de Registros y Notariado de entregar las listas que tengan en su poder en las que puedan figurar los nombres de muertos o desaparecidos.
Vaya por delante que nada me parece mejor que defender derechos y libertades, y que defiendo de manera convencida que una familia pueda saber o decidir donde descansan los restos de sus seres queridos; pero, igualmente, me molesta sobremanera que se pretenda ofender a la inteligencia y al sentido común cayendo en los mismos pecados de los que se pretende escapar... Porque bajo el medidísimo nombre de la ley... “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas para aquellos que sufrieron persecución y violencia durante la guerra civil y la dictadura”, en el fondo lo que se suscita, a lo que “huele”, es a establecer otra vez la maniquea distinción entre buenos y malos que tan bien supo rentar el difunto Paquito Franco.
Cuando Garzón inicia una acción de esta envergadura, a comienzo del curso político, y olvidándose de lo que en realidad más fácilmente podría conseguirse y de lo "jurídicamente relevante", esto es, la anulación de todos los juicios políticos sean del signo que sean, malo; pero, ya puestas así las cosas, espero que las instituciones públicas – e incluyo a las que se las ha emitido el requerimiento y a las que no – ofrezcan todo su apoyo y facilidades para avanzar en este entuerto. En cualquier caso, me queda la duda de si determinados colores saldrán más beneficiados que otros en esta acción judicial y, sobre todo, si los miles y miles de alcaldes, concejales, empresarios, sindicalistas católicos, guardias civiles, sacerdotes, diáconos, monjas y religiosos que fueron asesinados por los "rojos", esa combinación de socialistas, anarquistas, comunistas y republicanos desencantados, serán incluidos en tan loable iniciativa... porque, ese desafortunado comentario de José Blanco – eso sí, en la radio; se cuidó mucho de hacerlo desde la portavocía... – de que esas “actuaciones” forman parte de la “imaginería” y que en todo caso eran producto de pequeñas hordas descontroladas, afortudamente no se la cree casi nadie. Mi abuelo – yo también lo tengo, o lo tuve, y le respeto tanto como Zapatero al suyo – se hartaba de contarme, siendo yo bien pequeño, las veces que le hicieron salir a la calle con una carretilla a recoger hábitos y casullas a las que ya no se les movía lo de dentro...
Pues bien, como quiera que ya conocemos la tipología de las actuaciones de este juez, para el que como entre en bambalinas no se está en ningún sitio, no ha tenido mejor idea que desayunarse con la obligación para ciertos ayuntamientos como Madrid, Sevilla, Córdoba y Granada – parece que todo se debió de cocer en la capital y Andalucia... – para la Conferencial episcopal, para el Ministerio de defensa y la Dirección General de Registros y Notariado de entregar las listas que tengan en su poder en las que puedan figurar los nombres de muertos o desaparecidos.
Vaya por delante que nada me parece mejor que defender derechos y libertades, y que defiendo de manera convencida que una familia pueda saber o decidir donde descansan los restos de sus seres queridos; pero, igualmente, me molesta sobremanera que se pretenda ofender a la inteligencia y al sentido común cayendo en los mismos pecados de los que se pretende escapar... Porque bajo el medidísimo nombre de la ley... “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas para aquellos que sufrieron persecución y violencia durante la guerra civil y la dictadura”, en el fondo lo que se suscita, a lo que “huele”, es a establecer otra vez la maniquea distinción entre buenos y malos que tan bien supo rentar el difunto Paquito Franco.
Cuando Garzón inicia una acción de esta envergadura, a comienzo del curso político, y olvidándose de lo que en realidad más fácilmente podría conseguirse y de lo "jurídicamente relevante", esto es, la anulación de todos los juicios políticos sean del signo que sean, malo; pero, ya puestas así las cosas, espero que las instituciones públicas – e incluyo a las que se las ha emitido el requerimiento y a las que no – ofrezcan todo su apoyo y facilidades para avanzar en este entuerto. En cualquier caso, me queda la duda de si determinados colores saldrán más beneficiados que otros en esta acción judicial y, sobre todo, si los miles y miles de alcaldes, concejales, empresarios, sindicalistas católicos, guardias civiles, sacerdotes, diáconos, monjas y religiosos que fueron asesinados por los "rojos", esa combinación de socialistas, anarquistas, comunistas y republicanos desencantados, serán incluidos en tan loable iniciativa... porque, ese desafortunado comentario de José Blanco – eso sí, en la radio; se cuidó mucho de hacerlo desde la portavocía... – de que esas “actuaciones” forman parte de la “imaginería” y que en todo caso eran producto de pequeñas hordas descontroladas, afortudamente no se la cree casi nadie. Mi abuelo – yo también lo tengo, o lo tuve, y le respeto tanto como Zapatero al suyo – se hartaba de contarme, siendo yo bien pequeño, las veces que le hicieron salir a la calle con una carretilla a recoger hábitos y casullas a las que ya no se les movía lo de dentro...
En todo caso, animo a este juez hiperactivo a que, si no quiere investigar sobre lo que de verdad le compete y nos afecta – bien en verdad que no tiene que coincidir con lo de verdad importante para las familias... – como el porqué de que un limón cueste siete veces más en Alcampo que en origen o porque las Cajas de Ahorros españolas han condenado a miles de jóvenes a ser sus clientes de por vida con hipotecas a cincuenta años, proceda a consultar los legajos de cierto archivo sito en Burgos, donde figuran los juicios sumarísimos hechos por el franquismo, los estudie y, si ha lugar, los invalide inmediatamente. Eso sí, son temas menos macabros y es posible que no den para salir en un telediario pero ahí hay muchísima más sangre y más odio, que a dos metros bajo tierra.
6 comentarios:
Vayan por delante mis felicitaciones por tu blog.
Esta vez, otras también pero no las juzgue, creo que disiento contigo.
Todos sabemos lo que significa la guerra civil para los españoles y los demonios que agita.
Pero intentemos desterrar ideologías, todos somos demócratas más allá simpatizar con izquierdas o derechas, de según que puntos.
Creo que caer en el juego de que no hubo ni buenos ni malos para explicar según que momentos de la historia reciente en que los valores morales son muy similares sino los mismos me parece un poco hipócrita.
Extrapolemos la situación a un escenario que los dos conocemos bien, la 2º Guerra Mundial.
¿alguien pone en duda hoy en día quiénes era las buenos y quiénes los malos?
Sabemos de los crímenes de los aliados, la invasión de Alemania fue una tremenda carnicería tanto por tierra por parte de los rusos como por aire con bombardeos salvajes sobre la población civil por parte de ingleses y americanos, por no hablar de las bombas nucleares y un largo etc.
Es la guerra, y las historia la escriben los vencedores, pero esos episodios y la represión posterior que también la hubo no hacen mejores a los de eje frente a los aliados.
Lo que tampoco se puede negar en el caso de España es quién dio el primer paso (declaración de guerra), al lado de quién estaba y las consecuencias en forma de 40 años a la cola de Europa.
¿Por qué las democracias europeas abandonaron a otra democracia? intentaron evitar una guerra que ya era inevitable, por la propia naturaleza de los totalitarismos que siempre necesitaron de enemigos y guerras.
Así que, conscientes de todo lo que se hizo por parte del bando republicano, no caigamos en el error y si, unos eran los buenos y otros los malos.
Un saludo y sigue con el blog que es un placer leerte.
Hola Nacho, celebro que hayas decidido intervenir.
Estoy más o menos de acuerdo contigo en casi todo. Sería estúpido si no fuera así: la democracia es la menos mala de las soluciones y es cierto que los americanos o los rusos cometieron muchas atrocidades, por más que en última instancia "sus intenciones fueran buenas"
Ahora bien, no estoy totalmente de acuerdo en cómo atribuyes la responsabilidad del primer paso, y me explico... No puedo negar, ni tengo interés o beneficio en hacerlo, que el bando nacional fue el que se alzó contra el republicano y que el único orden legalmente constituido era el segundo de ellos. Pero la legalidad hay que usarla, y se puede hacer sabiamente o todo lo contrario. Con la enorme polarización que existía en la sociedad española de entonces, con la famosa división de las dos españas, un gobierno inteligente hubiera dado una salida a la enorme minoría a la que, desde la legalidad, no se estaba teniendo en cuenta o incluso se estaba gobernando manifiestamente contra ella.
Son comprobabless los episodios de persecuciones, no contra el fenómeno religioso - que ya sería discutible - sino contra personas concretas y comunidades con la excusa de la defensa de la laicidad del Estado. Dichos episodios empiezan, desde mediados de 1931. Son fácilmente verificables documentalmente en archivos públicos, son reconocidos en cartas privadas por algunos de los implicados pero no observo ningún interés del Gobierno central - ni de Garzón - por incluirlas. Hablo de contramanifestaciones violentas orquestadas por organizaciones de izquierdas y permitidas por el gobierno republicano (como la de Sol de mayo de 1931) o quemas consentidas de patrimonio artístico como el palacio episcopal de Málaga o paseillos masivos a organizaciones sindicales más o menos vinculadas al clero...
La ley que proclamaba la laicidad del estado acabó resultando la mera representación del odio gratuito, puesto que permitió, via abolición de la educación religiosa, el retraso intelectual de cientos de miles de alumnos que recibían clase en ese tipo de centros (puede que alrededor del 35% del total escolarizado).
¿Es que acaso el famoso paseo de Barbastro o la saca de Cartagena, con sus varios cientos de muertos sin posibilidad alguna de defenderse no deben ser objeto de revisión? ¿Porque voluntariamente cargamos - con justicia - contra el que se levantó contra la legalidad y no lo hacemos con el que la malgastó?
Por ahí, sencillamente, no paso. Tengo la firme convicción de que, al igual que la totalidad de alemania no era nazi, el porcentaje de buenos y malos en la España de la guerra civil es minúsculo. La mayoría de la gente se vió arrastrada o se dejo arrastrar y cayo en uno de los bandos poco menos que por casualidad. Pero lo mismo que defiendo que un hijo pueda honrar el cadaver de su padre republicano, me gustaría que este país permitiera a los hijos y sobrinos de concejales, empresarios o religiosos figurar en la categoría de víctima y ser tratados como tales porque fueron objeto del odio, de la represión y la inquina dentro de un territorio controlado por la República y donde se debía haber respetado su legalidad. Y no se hizo nada por respetarla. Y a mi entender debemos estar igualmente avergonzados por ello.
Gracias nacho.
Derecho de réplica :-)
gracias a ti que eres el que se lo curra con tus post.
Unos último apuntes,
con lo de buenos y malos no quiero decir personas, me refiero a "causas", "bandos" o como le queramos llamar.
Vuelvo otra vez a la 2º guerra mundial. Dos ejemplos de colectivos españoles que lucharon en ella.
¿Pondríamos a la misma "altura moral" a los maquis de la resistencia francesa (terroristas para los alemanes) que a los miembros de la División Azul(encuadrados en un ejécito regular)?
más allá de circunstancias personales, creo que el ejemplo que dieron los primeros es mucho más valioso para las generaciones posteriores que los del segundo.
Y con esto vuelvo a lo mismo, dentro de lo heterogéneo del bando republicano y sus desmanes que jamás serán justificables, estos no nos pueden hacer olvidar que eran el gobierno legítimo y democráticamente elegido, así como los cometidos por el bando contrario.
La reparación de las víctimas, y de eso trata también la ley, de la república creo que duro más de cuarenta años. Sirva como ejemplo que después de guerra no quedó una sóla fosa del bando nacional y no se abrió ninguna del republicano.
Seamos realistas, y creo que la decisión fue correcta en su momento, en haras de la reconciliación nacional se optó por una ley de punto final encubierta que con el tiempo hemos llamado transición cuyas víctimas (en lo que a memoria se refiere) fueron los que fueron.
Creo que como país, y para que superemos de una vez que cuando oimos a alguien decir "soy español" un hazto reflejo nos haga pensar "es un facha" hay que empezar a llamar las cosas por su nombre, sin eufemismos, es necesario.
Si todos somos demócratas hay cosas por que debemos asumir todos.
Y todos debemos dejarde tratar a Franco y su tropa como un dictador benévolo que nos salvó del comunismo y que se vio avocado a declarar una guerra que él no había provocado.
No señores, fue un dictador sanguinario y cruel, también con los suyos, que ganó una guerra gracias a compañeros de viaje como Hitler y Mussolini dos claros exponentes de lo peor que puede llegar a dar el género humano.
Un saludo y felicidades de nuevo por tu blog. Es un placer en estos tiempos de invasiones bárbaras poder hablar de según que temas con gente civilizada.
Póngase las víctimas entonces en el mismo apartado moral y póngase el mismo empeño en su reparación, no pido más. Y trátase a las víctimas por igual, ya que hemos quedado en que no sería justo que tratáramos así a los bandos de los que traen causa.
Desgraciadamente, no creo que ni niguna acción en este sentido sirva para contribuir a separar símbolos constitucionales de anteriores significados. Ahí el componente es mucho más variopinto, con cuidados intereses partidistas que hay que defender, nacionalismos al margen. Lo mismo que para unos es muy cómodo inundar Colón de banderas españolas para los otros es muy útil que aquellos las saquen... ¿Te suena eso de "que viene el lobo...? Este problema solo se resuelve invirtiendo dinero en educación y dejando que pasen generaciones.
En cuanto a la División Azul, que decir más que fueron los pobres desgraciados a los que francos quería quitarse de enmedio, empezando por Muñoz Grandes. Tampoco hay que olvidar que también luchaban contra un dictador ¿no? que ayudó al régimen republicano - bien es verdad, que porque no hubo apenas nadie dispuesto a hacerlo. Interesante sería atacar en profundidad porque ninguna democracia occidental decidió ayudar al bando republicano... y no toda la explicación viene de la situación internacional.
No puedo estar de acuerdo en que Franco ganó la guerra gracias a sus aliados internacionales. Habría mucho que hablar, pero es comprobable que al final de la contienda el esfuerzo bélico que recibieron de prestado unos y otros es prácticamente equivalente. El problema es que unos supieron utilizar a las escuadrillas de stukas que les dio Hitler y otros no supieron que hacer con los carros T-26 que compraron a los soviéticos. Los nacionales ganaron porque disponían de un ejército regular y tenían un mando único. Que le cuenten a Rojo los quebraderos de cabeza que le daban algunas de las brigadas o divisiones que teóricamente, "estaban a sus órdenes". En todo caso, si que debo reconocer que entre toda la ayuda recibida por los bandos, la más importante estratégica y piscologicamente son los Junkers con los que las tropas africanas pasaron el estrecho.
Saludos.
Muy interesante tu artículo y no menos el intercambio de opiniones entre Nacho y tú. Todo esto me hace seguir pensando que por mucho que se diga y muy democráticos que nos queramos declarar, todavía no estamos preparados para cerrar las polémicas sobre esa época y preocuparnos más por lo que está sucediendo ahora,lo que no quiere decir olvidarla pues la Historia tiene que servir para aprender de ella.
Cada vez que se saca a relucir el tema se ve claramente como en el fondo no son más que maniobras políticas de uno y otro lado. ¿Por qué no se aprende de lo que pasó entonces para no volver a caer en el mismo error en lugar de calentar los ánimos de nuevo?.
Un placer volver a tu casa, por lo que veo sigues siendo el mejor.
Un abrazo
Desde sus tiempos de facultad y por observación directa, Garzón ha precisado ser estrella. Tanto que en alguna ocasión llegó a echarse a llorar si no era el protagonista.
De su categoría como juez, hablan sus actos jurídicos cuyo recurso ha sido estimado y el resultado de muchas de sus actuaciones. De esa gran mayoría que nunca salen en la prensa, único punto de información para la masa y creadora de opinión.
Por lo demás, a la enjundia de lo que resulte me remito.
Y estoy harto de progresistas. Y ayuno de profesionales, de juristas y de personas que, antes que sus manías, busquen solo el recto cumplir con su obligación.
Sin recompensa alguna
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