miércoles, 4 de febrero de 2009

El Edicto de Granada


El 31 de marzo de 1492 se firmó en la Alhambra Granadina el llamado “Edicto de Granada” que desembocaría, unos tres meses más tarde, en la expulsión de los Reinos pertenecientes a la Corona Española de todos los judíos que hubieran elegido no abrazar la fe cristiana, esto es, adquirir la condición de converso. El planfleto expulsatorio era obra del inefable Torquemada, inquisidor general del reino y acumulación de odio revestida de piel y huesos que, hay que reconocerlo, realizó un trabajo jurídico magnífico. En el edicto se ordenaba abandonar la muy católica España el treinta y uno de Julio, a más tardar, ofrecía ciertas compensaciones económicas para los judíos, pues no podían sacar del país dinero, armas, caballos o cualquier otro objeto o bien susceptible de tener valor alguno y sobre todo, establecía de manera muy clarita que aquel que decidiera hacer caso omiso de la “recomendación” sería convenientemente escabechado...

... Y lo cierto es que no toda la culpa de ese momento infame, ya que sirvió para separar a unos hombres de otros, fue el odio... ¡Qué va!... En el fondo, podemos pensar sin temor a equivocarnos que las principales motivaciones fueron económicas y políticas; y es que, a pesar del antisemitismo de la mayor parte de la jerarquía católica de entonces, de la actuación de la inquisición y de la corriente en contra de los judíos que aquella se ocupó muy mucho de extender por las Españas – la mayoría de las veces a voces desde el púlpito... – lo cierto es que la nobleza y el clero andaban a palos con la burguesía de las ciudades, compuesta en su mayoría por hijos de Israel... Me explico: la actividad económica del reino empezaba a experimentar un cierto movimiento de trasvase desde el campo a las grandes urbes, debido a que la economía de subsistencia en la que quedó sumida la península durante la reconquista iba cambiando hacía una productiva, apoyada en el comercio de materias primas – fundamentalmente lana merina, trigo y armas – a los países centroeuropeos a través de Flandes. Los “terratenientes tradicionales” empezaron a sufrir para conservar los privilegios derivados de su negocio y, necesitados de financiación, recurrieron a los prestamistas judíos que, dicho sea de paso, se forraron a su costa; y como los problemas de los ricos se acaban traspasando a los pobres, al poco fueron los pequeños artesanos y propietarios lo que tuvieron “que renegociar la hipoteca” y en un momento dado, los judíos se convirtieron en todo, menos simpáticos...

A los Reyes Católicos este tema les vino casi bien; con su idea de la unidad de pensamiento y obra en todos sus reinos, los judíos no dejaban de ser el último obstáculo hacia su ideal unificador y, desde el principio, asumieron la puesta en escena de la “ideaca”. Lamentablemente, todo lo negativo se cumplió a rajatabla y todo lo positivo... apenas se cumplió nunca... Las disposiciones reales para la protección de las caravanas de judíos que iban a formarse, aunque bien pensadas, no se pusieron en práctica y excepto en aquellos municipios donde el noble de turno mostró algo de buen sentido... los expulsados fueron vilipendiados, mancillados y agredidos sin compasión por la turba... Sus bienes, fueron confiscados en su mayoría o comprados a un justiprecio abusivo que superaba con creces el interés obtenido con anterioridad por sus propietarios... e incluso se les negaba la venta de burros para el viaje – les estaba prohibida la posesión de caballerizas – o se les suministraban a precios exorbitantes... Y no olvidemos que no todos los judíos eran ricos...

La cifra final de damnificados por el “Edicto de Granada” es discutible y discutida; Afectó mucho más a Castilla que a Aragón y puede estimarse que unas 150.000 almas tuvieron que salir por piernas hacia Portugal, Navarra o el Mediterráneo y la verdad es que, socialmente, tampoco contribuyó a arreglar nada de nada. La conversión masiva e instantánea de muchos judíos aumentó los recelos y la inquina contra ellos de los llamados “cristianos viejos” lo que acabó reflejándose en esa maravilla de la tolerancia conocida por los “Estatutos de limpieza de sangre” que acabó, de hecho, creando una suerte de ciudadanía de segunda categoría... Por último y analizando el asunto de una manera puramente “técnica” se perdieron buenos labradores, artesanos, escritores y médicos, eso sí, con la nariz excesivamente aguileña... ¡Hay que joderse!

En conclusión, la nobleza feudal ganó y la incipiente burguesía de las ciudades perdió, atrasando así a España unos ¿cien años?...Casi mejor, olvidemos la condición de expulsores y expulsados, no tratemos de extrapolar este caso a eventos de rabiosa actualidad y quedémonos con las caras, que no dejan de ser el espejo del alma. Un ser humano niega a otro lo que él mismo tiene y no está dispuesto a renunciar... por su propio interés.
Que asco.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Caboblanco, hay que ponerse en el pellejo de nuestros antepasados de hace poco más de 5 siglos y enetender las "sociedades" de entonces. La vida valía menos que la ropa que llevabas puesta.

Por otro lado, tratar de ver esas ideas hoy con nuestras "ideas" es super complicado. Igual dirían ellos de nosotros, ¿no crees?.

Saludos, desde Castilla del Oro, Tierra Firme.

Turulato dijo...

Tiene razón "anónimo" sobre lo que dice del problema de las extrapolaciones temporales. Pero reconocido esto..

La Economía bien sentida y entendida, que nada tiene que ver con la que predican los entendidos establecidos en cada sociedad, permite entender lo ocurrido en un momento concreto, siempre que el análisis histórico sea correcto.

Basta acudir a los profesores Carande y García de Valdeavellano, y empaparse de sus estudios sobre la economía española y la sociedad de aquel tiempo, para darse cuenta de que el atraso que arrastramos nació en la necesidad que tuvieron estos reynos -en especial Castilla- de defender a su costa los intereses patrimoniales del Trono y religiosos del Imperio.

Otros estados, sin esa presión, en la misma época, maniobraron con más agilidad, de manera más ... ¿ladina?. Y ganaron en riqueza y libertad.

padawan dijo...

Todo un despropósito. Aparte de la evidente injusticia social, fue un error de corteza de miras. Expulsar a los principales financieros, y luego endeudarse con banqueros en Flandes

Leodegundia dijo...

El odio a los judios que siempre se quiso disfrazar de religioso fue en realidad un tema económico. Tanto el rey de turno como los grandes señores estaban siempre endeudados hasta los ojos y los únicos que podían prestar dinero, ya que la iglesia prohibía hacerlo a los cristianos, era los judíos y cuando las deudas eran demasiado grandes y la ruina se les venía encima, sacaban a relucir eso de que "los judíos mataron a Jesucristo" caldeaban el ambiente lo suficiente, se asaltaban las juderías y deudas saldadas.
Con la expulsión de los judios se cometió un gran error pues se perdieron personas muy valiosas.
El tema de los judíos es muy interesante y tremendamente amplio.
Un saludo

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos.

Efectivamente anónimo, así es. Pero hay que conjugar ponerse en el lugar de aquellos con el valorar las necesidades y a donde queremos ir con éstos, con los de ahora, para no repetir errores del pasado.

A mi entender, se consiguió la tan manida unidad española, salvo Navarra y Portugal, a un precio quizá demasiado alto.

Saludos.

el-inker dijo...

Tambien hay que recordar que a partir de la unificacion de los reinos, España se convirtio en primer potencia mundial, de manera directa o indirecta la expulsion de los judios sirvio para quitarse cadenas econimicas a todos y poder realizar el descubrimiento de America, que tal vez no se hubiera relizado sin la expulsion de los sefardies.
Tambien debemos recordar que cuando los moros entraron al continente Europeo, los judios eran los que les abrian las puertas de las ciudades, traicinando asi al pueblo que les habia dado cobijo. y los moros agradecidos les reglaron puestos de alto nivel desde donde se encargaron de aprovecharse a mas no poder de los Españoles. y es de todos sabidos que los judios no se concideran parte del pueblo en el que viven, ellos siempre se han conciderado de Israel. no recuedo que judio dijo una vez "tengo 60 años siendo Norteamericano, pero tengo 3000 años siendo Israelita!"

Edem dijo...

Primera potencia mundial?... lo que tuvimos fue suerte unida a la oportunidad.

Suerte porque Francia e Inglaterra se habian pegado de palos hasta no poder mas, y necesitarian 100 años o 200 para ponerse en orden. Suerte que en ese momento el Imperio Otomano se las veia con los austriacos, y nos dejó en paz. Y suerte de que de todos los reinos de europa, el unico que soltara la pasta para el viaje de Colon, fuera el nuestro. Oportunidad, porque despues de la toma de Granada, teniamos el ejercito, y las ganas de bronca (algo tan hispano). Simplemente cambiamos el escenario. En lugar de Africa, usamos a America como Puching Ball.

Pero la expulsion de los judios, y de los moriscos mas tarde, fue un desastre. Si bien, desde el punto de vista religioso y territorial, quizás fuera algo necesario, desde el punto de vista economico nos retrasó 200 años quizas. Nos salvó el oro americano, pero casi todos los problemas economicos, bienen de aqui. De todas formas, el-inker, los judios peninsulares, los Sefarditas, como buenos españoles, se creian diferentes de los demás. Ante la acusacion medieval de "habeis matado a Cristo", que tantas atrocidades causó, ellos respondian que estaban en la peninsula desde el 100 AC al menos, y que por lo tanto, eran "algo aparte, y no tenian dicha culpa". No les sirvió de mucho, de todas formas.

Sin ellos, nuestra economia, tan comercial, equivalente a la de Flandes o la Inglesa, sumado a losertos moriscos (que algunas zonas se acaban de poner al dia hoy, asi que, tu diras) habria sido mejor. Todo tiene, como ves, sus pros y sus contras.

Un saludo de Edem.