viernes, 6 de febrero de 2009

La muerte del Doctor Muerte

Foto "El País"

El doctor muerte... ha muerto.

O al menos eso parece; me hago eco de la noticia publicada en la edición digital de “El país” que, aludiendo a los testimonios de varios testigos entre ellos su hijo y a una investigación de campo efectuada por la “National Geographic”, da por segura la muerte de Aribet Heim en El Cairo, en Agosto de 1992.

Aribet era un medico nazi de ascendencia austriaca que trabajó como oficial médico de las SS en el campo de concentración de Mauthausen y que, entre otras habilidades poco deontológicas, inyectaba determinados compuestos directamente al corazón de sus víctimas, como petróleo o ácido sulfúrico, al parecer con la intención de “examinar el comportamiento de la víctima ante esos estímulos...” El “Doctor muerte” que es como se le conocía en la comidilla del nazismo, consiguió escapar de Austria en 1962 una vez acabada la guerra, puede que a través de España, y después de dar variados tumbos por una docena larga de países, la verdad es que las variadas asociaciones “cazanazis” no tuvieron más remedio que reconocer que no tenían la más mínima idea de donde se escondía... hasta hace poco.

En 2005 la brigada de la Policía Nacional dedicada a delitos monetarios detectó varios reintegros de dinero procedentes de una cuenta en Suiza y otra en Austria, reintegros bastante importantes, siempre en efectivo y efectuados en sucursales bancarias de Palafrugell y otras localidades catalanas. Pensando en un posible ilícito de blanqueo de dinero, fueron tirando del hilo hasta identificar a las tres personas que efectuaban los reintegros como hijos del mencionado Heim; curiosamente, todos los reintegros se hicieron como autorizados y no como titulares de las cuentas con lo que se llegó a dos conclusiones... una, que los hijos utilizaban la autorización porque no eran titulares de las cuentas bancarias... ergo, dos, que si los hijos no iniciaban el proceso testamentario era porque resultaba imposible probar que su padre estaba muerto... o porque Heim aún estaba vivo.

La policía española se movió rápido y contactó con la policía judicial israelí, confirmando ésta al momento, que el Doctor Muerte tenía causas pendientes con la justicia hebrea – como no... – pero sin embargo, cuando se tiró abajo la puerta de una vivienda unifamiliar donde sus hijos solían reunirse de cuando en cuando – pero que no estaba a nombre de ninguno de ellos – no se encontró a nadie dentro... aunque había indicios que sugerían que alguien la había estado utilizando como vivienda habitual.

Desde entonces, las versiones sobre su final ¿o no? darían para varias películas: desde antiguos miembros de los comandos israelíes que aseguran haberle dado muerte en Canadá hasta ex compañeros suyos de las SS que se regocijan de haber colaborado en una nueva fuga, pasando por sus hijos, quienes aseguran ahora que murió en tierras egipcias... quizá porque ya están un poco hartos de no poder pasar por el notario a retirar los tres o cuatro millones de Euros que al parecer Aribet tiene todavía en tierras suizas...

El caso es que este médico infernal tendría, si estuviera vivo, noventa y cinco años y la contribución que pueda suponer al ideal de justicia ¿o venganza? enchironar a un anciano, es opinable desde variados puntos de vista, por muy hijo de puta que sea o haya sido el anciano anteriormente mencionado... No soy quien para opinar sobre esto o, más bien, mi opinión carece de peso específico pues ni soy judío, ni descendiente de judíos ni afectado por holocausto o genocidio alguno pero quizá... solo quizá... los miles y miles y miles de dólares que el Centro Simon Wiesenthal dedica anualmente a mantener una legión de detectives e informadores para delatar a vejestorios que honran a la cruz gamada, serían mejor empleados si estuviesen dirigidos a educar a los hijos y a los vecinos de dichos vejestorios para que no se les ocurra honrar a ese puñetero símbolo... y lo que representa.

Pero solo es una opinión...

6 comentarios:

Nuareg dijo...

Coincido con tu opinión final, aunque creo que es imposible ponerse en la piel de un pueblo, colectivo, raza o como quieras llamarlo, que sufrió la atrocidad más salvaje del siglo XX, al menos en Occidente, por más que algunos, no entiendo por qué, puedan llegar a negarlo.

Hablando de pelis y de libros, recomiendo "Patria" (pelicula y libro, de Robert Harris).

Saludos

Moony-A media luz dijo...

He pasado 20 veranos en Denia, Alicante, y allí todo el mundo sabe que han vivido ciertas personas. Que viven sus hijos y sus nietos.
Jamás los ha molestado nadie. No interesa.

Poco a poco van muriendo todos, menos mal... pero no mueren como hicieron morir. Eso, me produce rabia.

En fin...

Un beso grande.

Luis Caboblanco dijo...

Esa rabia hay que encauzarla con la inteligencia que nos permita el corazón Moony. Se que es difícil - coincido por tanto con Nuareg - emitir una opinión valorable sin haber sufrido como sufrió el colectivo judío pero eso no significo que perdamos confundamos justicia con venganza... aunque duela.

El levante español fue un refugio seguro para gran cantidad de nazis huidos de los procesos impulsados por los aliados o por la justicia ordinaria algunos años después. Ahora perviven allí los hijos o los hijos de sus hijos que, en su mayoría, poco o nada tendrán que ver con sus ascendentes... espero.

Rafa Garzó dijo...

Yo os propongo un aspecto alternativo en esta reflexión: ¿Puede considerarse "neutral" -ya que así se declara siempre Suiza- el hecho de permitir que un asesino nazi guarde sus ahorrillos procedentes de vaya usted a saber dónde sin advertir al Tribunal de La Haya o siquiera a la comisaría de la esquina?

Y, ¿qué pasaría si, por poner un caso, en lugar de hablar de Aribet Heim, habláramos de otros sanguinarios especímenes como Slobodan Milošević o Saddam Hussein? ¿Habría que dar el do de pecho para encontrarlos, como de hecho se dio, no sé si con el objetivo de hacer justicia o simplemente de ajusticiarlos?

Pese a todo, coincido plenamente contigo, Webmaster, en que la Justicia no es venganza, y en que algunos individuos de la Wiesenthal y, más frecuentemente, los chicos del Mossad traspasan el claro límite. Y, por supuesto, suscribo aquello de que más vale educar que matar.

Un abrazo,

Anónimo dijo...

la educación para la paz ha de ser para todos, alemanes, judíos, para todos, sobre todo para uno mismo

Edem dijo...

Hombre, yo personalmente, prefiero el sistema Eichmann... es decir, localizarle, secuestrarle, y colgarle en Israel... perdon, Enjuiciarle y luego colgarle en Israel, queria decir.

Ahora, que no estoy de acuerdo conque sus hijos saquen tajada del dinero de "papi", que sabe Dios de donde lo sacó. Pienso mas bien que sus bienes debian ser confiscados y donados a las naciones unidas, a Israel o a Greenpeace. Claro que tambien pienso lo mismo de los Franco, de los Mussolini de....
No es de rigor, que estos personajes robaran lo que pudieron, y luego sus familiares lo disfruten, siendo intocables. No es justo, al menos.
Un saludo de Edem.