Los Númeri eran unidades parecidas que, sin embargo, solían estar mandados por jefes de su misma nacionalidad, no tenían caracter permanente, estaban organizados estrictamente según sus costumbres y, lo más importante, combatían exclusivamente según su estilo y habilidad. Los generales romanos, muy listos ellos, habían observado que estas unidades tan exclusivas perdían eficacia si se ajustaban a estándares romanos con lo que gozaban de una cierta independencia. El ejemplo paradigmático de este tipo de soldados podrían ser los jinetes númidas del norte de Africa o los jinetes catafractii de las estepas asiáticas.
De manera resumida y generalizando lo menos posible, estos eran los pueblos más habitualente presentes en dichas unidades auxiliares (las imágenes son cortesía del mejor ilustrador histórico del mundo, Angus McBride)
Celtíberos: Eran muy valorados como infantería auxiliar y, sobre todo, como caballería gracias a su animosidad, a su desprecio del peligro (ole...) y a su consabida capacidad de vivir con lo justito (vamos, prácticamente igual que ahora...) aunque tenían fama de inestables y volubles. Fueron reclamados desde épocas muy antiguas y su máximo momento de gloria lo vivieron en el año 69 d.C cuando, en medio de un conjunto de insurrecciones y batallas conocidas como las Guerras Bátavas (en las actuales Alemania y Holanda) evitaron la aniquilación de una legión al caer sobre la espalda de los miles de bátavos que la rodeaban. Con la romanización, dejaron de alinearse en unidades auxiliares para formar parte de las fuerzas legionarias.
Honderos baleares: Los romanos los consideraban más precisos que los arqueros y, en ciertas distancias, más letales. No estaban constituidos en unidades independientes sino que reforzaban a otras en grupos de 100 o 150 hombres. Acompañaron a las legiones romanas que lucharon en la conquista de la Galia, a unidades desplazadas en Germania y sobre todo, a las fuerzas con las que el emperador Trajano atacó Dacia a comienzos del siglo II d.C... como atestigua la "Columna de Trajano" en donde salen muy favorecidos.
Galos: Eran excepcionales jinetes y, como consecuencia de su rápida romanización, pelearon en unidades que combatían equipadas como las propias unidades de caballería legionaria. Sin embargo, tampoco renunciaban a sus tradiciones más crueles... como la de cortar la cabeza a sus enemigos muertos, mostrarlas durante un rato y luego colgarlas del pomo de sus sillas de montar. Roma apreciaba el odio que sentían por sus homólogos germanos, con los que combatían hasta el final.
Sármatas: Los Sármatas eran un pueblo de raices eslavas e iranias que ocupaba las inmensas llanuras de lo que hoy es la moderna Ucrania. Eran, probablemente, los mejores jinetes de su tiempo porque además de no hacer ascos al combate cuerpo a cuerpo, dominaban suertes dificilísimas como la del tiro con arco a lomos de sus monturas. Fueron derrotados por los romanos al mismo tiempo que los Dacios - con los que estaban algo emparentados - y a partir de ese momento fueron muy demandados. Para evitar sublevaciones, ya que eran terriblemente celosos de su libertad y sus constumbres, estaban destinados en los confines del Imperio; por ejemplo 4.000 de ellos colaboraban en la guarnición del Muro de Adriano, en Escocia.
Sirios: Estaban considerados como los mejores arqueros del Imperio, junto con los cretenses. Solían ir equipados de manera occidental, excepto por la largísima túnica que portaban y que nunca aceptaron quitarse. Desafortunamente para Roma, tenían fama de "peseteros" y ciertos textos que se conservan así lo demuestran. Sin embargo, un grupo de arqueros sirios al corriente de pago era capaz de poner sucesivas nubes de flechas encima del enemigo con una regularidad brutal. Fueron muy utilizados en las Guerras Dacias y para contrarestar a otro pueblo amante del tiro con al arco... los Persas.
Númidas: Eran excepcionales jinetes ligeros, que montaban caballos pequeños, vivaces y resistentes y que desquiciaban a los enemigos con su particular forma de combatir; los númidas galopaban a tumba abierta contra el adversario, lanzaban una o dos de sus ligeras jabalinas y se retiraban a la carrera para volver a embestir de nuevo. Curiosamente, los romanos los sufrieron antes que beneficiarse de ellos: Aníbal alistaba a jinetes númidas con regularidad y fueron actores principales de la victoria púnica en Cannas.
Germanos: No era normal que unidades de germanos pelearan en el bando romano. Julio César las utilizó a discrección contra los celtas en la conquista de la Galia pero, a partir de ahí, cayeron en el olvido. Sin embargo, los emperadores romanos les procuraron una ocupación: su complexión física, su altura así como su fama de insobornables los volvió insustituibles como guardía personal. Así, formaron parte no solo de unidades "regulares" como los speculatores de Augusto o la Guardia Bátava sino que casi siempre, la escolta de un general era germana. Quizás fuesen incorruptibles a su pesar, ya que casi ninguno hablaba latín...
2 comentarios:
Alguna de las características de los pueblos que citas me hacen recordar la actual situación española.. Y no, no hablo de milicia.
Aunque también me hace pensar que el Ejército, en cualquier momento y lugar, no ha sido, ni es, ni será, ni debe ser una ong. Lo aprendí de MSF; tienen toda la razón.
Ni su misión es la Defensa Civil. Eso es otra cosa. Solo quienes antes que renunciar a una idea infantil son capaces de intentar quebrar su existencia asumen tan extraordinario riesgo.
Gracias por la informacion. Aunque podría estar mejor redactada.
Publicar un comentario